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Serie los pintores del Chocó: El arte chocoano de ayer y el contemporáneo ( I parte).Por : Gonzalo Díaz Cañadas

LA MIRADA DESDE ADENTRO La historia del arte chocoano, sus primeras expresiones y miradas, los artistas, sus técnicas y búsquedas han sido abordada en la investigación curatorial “Ahí esta pintado el Chocó” Beca Salón Octubre zona Pacifico, realizada por Gonzalo Díaz Cañadas en el año 2008,despues de lo cual se ha creado una plataforma como galería virtual donde se exponen los perfiles y 1.000 imágenes de obras de arte de los mas importantes artistas plásticos chocoanos ,que enriquecen con su belleza y colorido el Archivo Fotográfico y Fílmico del Choco. https://www.flickr.com/photos/artechocoano

Siendo el arte una manifestación cultural de los pueblos y sociedades el Chocó en medio de “pobreza marginal”, dio a la luz desde comienzos del siglo pasado varios pintores, verdaderos representantes del arte y la plástica en el contexto regional y con algunas excepciones el escenario internacional, cuyas huellas e historias de vida aspiramos recrear y documentar, como constructores de arte y cultura a través del tiempo y bajo una perspectiva chocoanista.

La historia del arte en el Chocó tiene como referentes en la memoria y tradición oral o puntos de partidas al artista José de la O Moreno Palacios, joven oriundo de Cértegui, quien al sobresalir por su talento obtiene en mayo de 1933 una beca de la Intendencia del Chocó para estudiar en la escuela de bellas artes en Bogotá, según consta en el informe del director de educación pública del Chocó Juan J. Carrasco al intendente Nacional Emiliano Rey Barboza. Por esta época era política educativa otorgar becas para estudios profesionales fuera del Chocó e incluso en el exterior, a los estudiantes mas sobresalientes o con aptitudes para diversas profesionales. Con estas ayudas la intendencia forma toda una generación de profesionales que retornaron e hicieron mella en el devenir político, social y cultural de esta región.

Obra del artista plástico Edwin Serna David

Su obra fue de un gran reconocimiento por parte de la crítica nacional, a raíz de su participación en Bogotá con motivo de exposición territorial en la que participó y ante lo cual Isabel Rozo escribió, él artículo “El Arte Chocoano”, que fue publicado en dic. 8/1933 por el Diario ABC donde no se limita en elogios para el talentoso artista negro. “Tenemos para apreciar el gran genio artístico de José la O. Moreno, los cuadros que exhibió en el salón de conferencias de la exposición territorial, donde nos muestra claramente su gran genio artístico que a pesar de los escasos estudios es, si hablamos con justicia una obra en que se aúnan la filosofía y el arte en una euritmia radiosa. Fundemos la aserción. Para ello es necesario citar uno de sus muchos cuadros donde por solo el nombre se puede vislumbrar, aunque vagamente sus méritos. Tales son: “Un atardecer de mi Patria “, “la desesperación errante del destino” y muchos otros donde no hay que escoger “anotó la critica de arte.

Surgen a la par la primera generación de artistas nativos con formación intelectual en pintores y escultores como Francisco Mosquera Agualimpia, Miguel Ángel Mosquera, Alirio Sánchez, Antonio Martínez Velásquez, Adolfo Rengifo autor de las galerías de pinturas de los rectores del colegio carrasquilla que aún se conservan en el centenario claustro educativo símbolo del Chocó

Miguel Ángel Mosquera “Santero” de Condoto, en 1932 esculpió un busto que denominó “Agonía del Dolor” considerado por él, su obra Maestra, el Cristo de la Catedral de Tapartó – Antioquia, el Cristo de Lloró, Casas Buenas, lo definen como el verdadero Cristo mirando hacia arriba satisfecho de su martirio.  El Cristo de Tutunendo, el Cristo de Cértegui, el Cristo de Bagadó y dos santos en Bebaramá fueron su última obra. Un cuadro suyo reposa en la casa de la familia de don Carlos y Moisés Mosquera.

Francisco Mosquera Agualimpia , natural de Tadó deja toda una impronta que fue celosamente conservada en el recinto del Concejo Municipal de Quibdó, hasta hace una década cuando salieron a ser restaurada tendiendo un destino incierto, se destacan entre  sus principales obras el  “Cuadro de costumbres ancestrales de nuestro pueblo “, “ Historia viva nuestros antepasados” ,  que  representa los bogas chocoanos , Cuando a brazo partido con la naturaleza, se agarraban con ella y la vencían, con esa musculatura de bronce que envidiarían los gladiadores romanos, destinados a saciar las cruentas dislocaciones de un pueblo embrutecido, cuyas máximas aspiraciones estéticas se tapaban con una mezcolanza de pan y circo. Son estos algunos representantes de una generación que nace a comienzos del siglo XX y brilla durante mas de medio siglo.

En la década del  sesenta al setenta  descollan nuevas figuras :Jorge I. Moreno Balbino Arriaga, Gloria Arriaga, Alarico Quinto, Gustavo Hoyos Benítez, Según el poeta e  intelectual chocoano Juan B. Velasco ( q.e.p.d.) al inaugurar una exposición de Hoyos realizada en la “ Bodeguita Arte .- Bar “  en Quibdó “  La pintura paisajística del Chocó de la segunda mitad de este siglo, se inicia en orden cronológico con Luís Carlos Góez  (cuyos cuadros se perdieron entre en el polvo , la desidia y el abandono en el recinto del Concejo Municipal de Quibdó)  continua con Balbino Arriaga Ariza y se complementa para cerrar la trilogía con el condoteño Gustavo Hoyos, cuya  pintura llena de un bucólico arrebato de colores, se enmarca en lo que se ha denominado paisajismo, que no es otra cosa que la creación pictórica nacida de la inclinación innata por el manejo del color y la forma, no aprisionada dentro los forzosos parámetros del Academicismo.

En el lenguaje poético de Juan Velasco “Cuando nos recreamos ante los cuadros de Hoyos, nos adentramos en lo profundo de la pura y tranquila naturaleza chocoana:  sus hermosas y laboriosas mujeres vestidas con trajes que parecen tejidos con el arco iris con que se adornan las flores y las aves de la selva, los hombres torcidesnudos de brazos musculosos, hechos para remar en los torrenciales ríos o cargas en sus hombros los rudos troncos de los árboles milenarios que le arrancan al bosque abrupto en la dura brega por la supervivencia, o simplemente ver como se escapa el humo del fogón de la casita campesina distante, que sube hasta perderse en un cielo azul y limpio, adornado de nubes voluptuosas.

Todo vive esta pintura donde los ríos fluyen en apacibles en un todo musical con el chapoteo de las canoas, el canto de los pájaros, la luminosidad del atardecer, el ritmo silencioso de los peces en el agua; mientras descansan en la orilla los canaletes, las bateas mineras, los almocafres y las atarrayas en espera de otro día de dura labor”.

En la década de los 80: figuran como pintores Julio Rivera Agudelo chocoano de origen paisa, llegan a radicarse al Chocó pintores como Rubén Crespo en calidad de comerciante, El bogotano Domiciano Jiménez “Chocolate” y Max Lee, estos dos últimos trabajaron con excelencia el tema de la publicidad exterior durante casi una década. Miguel Ángel Mosquera “Mianco “quien combina la elaboración de disfraces para las fiestas de San Pacho con la Pintura. Maximiliano Cerezo pinta los polémicos murales de la catedral de Quibdó.

En los 90 surgen Artistas consagrados hoy como Miguel Antonio Ferrer, Migdonio Luna Salazar, Gina María Echeverry, Adela Morales, Edgar Hidalgo Tapias, Fredy Caballero sin ser oriundo del Chocó desarrolla aquí una fecunda etapa de su carrera y deja una herencia calificada como el rostro negro de la pintura. Por estos días comienza su prolífica carrera las maestras Tulia María Valencia y Eloísa Mena Arias.

Arte contemporáneo

En la actualidad el Chocó cuenta con amplio grupo de artistas plásticos, que subsisten en el anonimato, dedicándose a alternar diversas actividades. Esta nueva generación de la pintura esta conformada por artistas pasados por la academia y artistas empíricos y jóvenes que con sólo su talento han surgido y brillado en el contexto local.

Obra del pintor de Tadó Yesid Sanclemente.

Varios hechos contribuyen a esta prolífica camada de artistas. El talento que brota innato desde la niñez y la formación vocacional que estimularon Centros o instituciones como el Centro Administrativo de Servicios Docentes CASD, donde unos buenos docentes contribuyeron a forjar a estudiantes de bachillerato de los colegios de Quibdó los conceptos básicos sobre el arte y las manualidades. De este Centro surgen todos los años jóvenes bachilleres que en dos años.

En la actualidad existe en el Chocó mucho talento, con artistas anónimos dentro de las artes y la plástica nacional; a pesar de que existe desde 2004 un Consejo Departamental, y ante la falta de apoyo institucional, no hay un movimiento solido, que convoque y proyecte a los artistas a otras esferas de la cultura. Sólo a partir del 2006 con la apertura de los salones regionales se ha permitido el intercambio e integración de los artistas locales hacia el escenario nacional.

En el Chocó a pesar de algunos esfuerzos privados en el pasado hoy no existen una galería, ni sitios de exposición, ni un mercado que valore y dinamice el arte local.

La mirada hoy se enmarca en los diferentes sucesos del devenir local, la biodiversidad, la etnicidad que reafirma lo Afrocolombiano, la violencia que viola los derechos humanos y genera muerte y desplazamiento.

El elemento afro se incorpora y fortalece en la medida en que se asumen nuevos paradigmas sociales y políticos de carácter étnico, como sustento al rescate y fortalecimiento de la identidad cultural. a tal punto que se plantea como una tendencia el arte afro.

Se ubican en este movimiento Pedro González, Fernelix Navia, Denis Palacios, Betsy Amaya, Lexi Duran, Edwin Serna, , Jaime Leudo, Dimas Cuesta, Rubén Darío Areiza, Dimas Cuesta, Vicente Rivas Moreno, Leison Rivas, Nelson Buenaños, , En Tadó Misael Nery Perea , Yesid Sanclemente, Edison Perea Bayona, en Istmina los hermanos Juan Boris, Crispín y Josefina Mosquera Urrutia, Deny Soret Mosquera.

Tríptico Masacre de Bojayá-Pedro Gonzalez

LO QUE DICEN LAS OBRAS

Así como toda organización profesional, intelectual y laboral tiene su lenguaje comunicativo, el artista también la posee; es decir, el médico se comunica a través de sus

expresiones de medicina, esto le permite ubicarse en su desempeño como tal sin temor al error de no ser comprendido ni entendido.  Si nos enfrentamos inquisitivamente a ese vasto y extraordinario universo de formas concebidas y elaboradas en todo tiempo y en cualquier lugar por los hombres de todos los pueblos, y escrutamos en aquello que ninguna falta, ellas mismas nos han de ofrecer los elementos básicos para un amplio concepto de arte.[1]

La imagen del Chocó, su territorio y habitantes es recogida a través de diversos grabados, pinturas, acuarelas, formas y colores que han ido formando una identidad que refleja el trasegar de una raza por un territorio biodiverso, mágico, exuberante y complejo. rico en imágenes que captan él atractivo, lo exótico del Chocó, la riqueza cultural, paisajista, las tradiciones, las prácticas productivas, los ritos, mitos, esa abundante riqueza material y espiritual que siempre inspiró y produjo obras que en su esencia se han constituyen en un patrimonio cultural disperso e ignorado.

Muestras de artistas chocoanos en bienal realizada en Quibdó

Del análisis pictórico encontramos que existe una gran diversidad de estilos, técnica, miradas, lenguajes e improntas, propias de la biodiversidad local y de la búsqueda de cada autor, pero se evidencia una tendencia hacia el realismo y paisajismo, y al reflejo de la etnia negra en múltiples facetas y contextos, mas que a influencias externas o europeas. corrientes artísticas, Impresionismo – expresionismo – cubismo – realismo – surrealismo – abstraccionismo – modernismo – romanticismo – constructivismo, etc.  – que también se exploran por los artistas chocoanos, pues saben que hacen parte del lenguaje del arte y que estos por su universalidad le abren las puertas a cualquier parte del mundo.

Hay ante todo en cada una, una voluntad por decir algo, de ser un signo y un testimonio del autor. Ninguna carece de esa condición expresada que sigue, así como un fundamento imprescindible del arte. Y si expresan es por que algo tienen que expresar, pues toda expresión es una consecuencia de una interioridad de algo que se contiene; una idea, un sentimiento, o una sensación, que, sin duda, no podría emerger por una mejor vía y que necesariamente ha de manifestarse en formas sensibles, o pena de quedarse siendo un sentimiento o idea íntimos. Y puesto que cada obra ha debido ser sentida y concebida por cada ser que puede o no haberse identificado con los demás obedece a un mundo personal: vale decir, esta revestida de originalidad.

Tomado de la investigación curatorial “Ahí esta pintado el Chocó” Beca Salón Octubre zona Pacifico 2008


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