Contrario a lo que, muchos contertulios puedan pensar por mi militancia en el CD ya que muchos piensan que hubo muchas diferencias entre ella y mi partido, tuve la fortuna que en mis primeros años de política en Antioquia, hice parte del equipo de negros que en ese departamento seguíamos a la Dra Piedad Cordoba Ruiz de Castro dentro del partido liberal, fueron como 2 o 3 años que la acompañe, hacían parte de ese grupo de líderes afros personas cómo, Ruperto Murillo, Silvio Garcés, Miguel Ángel Arco, Martha Chaverra, Digno Martinez, Deyanira Valdés, Victor Córdoba entre otros, por supuesto antes de hacer parte de su equipo político ya la había conocido en un sitio de salsa que se conocía cómo la Habana club de la 70, que era de su propiedad y de su marido Luis Castro profesor del Sena, conocí la mayoría de su familia, empezando por el profesor Sabulon Córdoba su padre, un profesor muy respetado en la educación del municipio de Medellín, si no recuerdo bien, era rector de una institución de Medellín, en esa relación muy cercana conocí al ex senador Juan Luis Castro Córdoba su hijo, quien era muy jóven en ese entonces, por la cercanía con su mamá y por su educación, me llamaba tío, de esas cosas de la vida volvimos a tener una relación muy cercana cuando nos volvimos a encontrar en el Senado de la Republica, dónde la relación afectiva siguió siendo la misma, muchas veces estuve en su apartamento en su Penthouse de la 7 con 25 esquina, nuca se nos va a olvidar a los Chocoanos el gran debate que dimos en el senado en la defensa de Belen de Bajira y dónde ella en un discurso magistral, cargado de mucho sentimiento negro y chocoanista le conmovió la conciencia a todos los congresistas que estábamos en la plenaria, diciéndoles el porque Belén de Bajira era territorio de los chocoanos.
En mis ya tantos años de vida no he visto una negra o un negro con tanto sentido de pertenencia por su etnia, jamás sintió complejo por su raza, me atrevería a decir que era un orgullo sentirse negra y además una manera de confrontar ese racismo soterrado que siempre ha existido en Colombia, su humanismo fué sin par, le jugó siempre a la paz de Colombia buscando salvar vidas, a mi nadie me va a decir que es fácil estar en una trocha en condiciones infrahumanas, llena de barro hasta los tuétanos buscando liberar secuestrados, en una selva inhóspita, expuesta a qué una bala del Estado al que siempre representó o de la guerrilla pudiera acabar con su vida, porque en esas liberaciones más allá que habían protocolos, siempre había un riesgo de que algo pudiera salír mal. Como es lógico, las personas que como ella tienen esa condición superior siempre generarán polémica, tendrán sus defensores y detractores, pero con su partida deja un gran legado y un vacío muy grande en la mente de cada uno de los que la conocimos, quiero expresar una vez más mi solidaridad con su familia y con un amigo que aunque no era parte de su familia directa Waldir Rentería, siempre fué su escudero . Paz en su tumba. Rufino Córdoba M