Con sumo agrado pude observar la conjunción formada entre miembros de la Policía Nacional con asiento en Condoto, a instancias y entiendo que por iniciativa de la Emisora Comunicación Sonar del periodista Gerardo Mosquera Murillo, el popular “mello”, cuando, doblando espaldas al sol, pintaban reducidores de velocidad en las calles de ese pueblo, mi querido pueblo. La tarea la asumieron en razón a que la pintura inicial vertida sobre los reductores, se había borrado como consecuencia del sol, la lluvia y el tráfico de automotores.

Esa labor encierra varios mensajes y creo, es oportuno referirnos a ellos, iniciando por el concurso de los uniformados en esa loable labor; con esa actitud y su participación en la señalización de los reductores de velocidad, los miembros de la policía están diciéndole a la comunidad condoteña, que además de la prevención y la represión del delito, están para servirle a la población y sus visitantes, de formas distintas a aquellas para las cuales miramos al policía; están diciéndole a la sociedad que son personas con deseos de integrarse en la búsqueda de soluciones a problemas puntuales de su comunidad, y por sobre todo, están dando ejemplo para despertar a quienes siempre estamos esperando que sean las autoridades las encargadas de realizar todo, cuando como sociedad, podemos aportar y contribuir con el mejorestar social y de la comunidad. De igual manera resulta oportuno resaltar la iniciativa del periodista Gerardo Mosquera, a quien vi activo también solicitando la colaboración de los transeúntes y conductores, pues se veía caliente el tema en razón al sol y bueno, al trabajo mismo que estaban realizando.

Mientras esto escribo, se me viene a la mente algunos reductores de velocidad sin pintura en la capital chocoana, o mejor, me pregunto: cuál de los existentes aún conserva su pintura..? creo que ninguno, y entonces invito a los interesados para que, conjuntamente, iniciemos por pintar esos elementos, pues he sido víctima de uno de varios que están por el coliseo, en la calle que desemboca a la entrada del barrio la Aurora; el bafle de mi carro casi pega al techo en un salto mortal dado por no haber visto ese reductor de velocidad. No esperemos todo de las autoridades y sigamos el ejemplo de lo acontecido en Condoto con los miembros del cuerpo armado ya mencionado y el periodista aludido. Otro punto que podemos acometer es el relacionado con la movilidad y el estado de las vías, acordándome de la esquina de la carrera cuarta con calle 24; espero el llamado de los amigos del tránsito, la policía, la sociedad, etc., para que nos pongamos los cortos y le metamos el ficho al trabajo comunitario, especialmente en estos días cuando regresan nuestros muchachos a vacaciones y de seguro, se sumarían a esta buena labor.