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Misión Chocó: Un Llamado a la Paz y el Desarrollo en Quibdó.

En un contexto de creciente violencia y crisis humanitaria, la ciudad de Quibdó, capital del Chocó, ha sido testigo de enfrentamientos entre bandas urbanas que, hasta el momento, han cobrado la vida de 117 personas en 2024.
Ante esta alarmante situación, una luz de esperanza ha surgido en forma de la “Misión Chocó”, una iniciativa liderada por el canciller colombiano Luis Gilberto Murillo, uno de los líderes más influyentes del país, y un orgulloso representante de la comunidad afrocolombiana.

El alcalde de Quibdó en Bogotá buscando el respaldo del país ante la crisis social de la capital, lo que a la postre propicio un gran acuerdo político propuesto por el Canciller Luis Gilberto Murillo y que han bautizado Misión Chocó, un pacto que conlleve al cumplimiento de los acuerdos que ha suscrito el Estado con la región después de los últimos paros cívicos.

La Misión Chocó nace de una reunión clave convocada por Murillo, en la que se congregaron actores de la vida pública nacional, políticos, líderes y empresarios, entre ellos, Teddy Bolaños, Alcalde de Quibdó, quien expuso la crítica situación de su ciudad, apelando al gobierno nacional para que brinde más apoyo a la población afectada por este flagelo, sin embargo, nació allí la idea de que la respuesta no fuera únicamente gubernamental: la convocatoria de Murillo atrajo también la idea de convocar también representantes del sector privado y de organismos internacionales, con el objetivo de unir fuerzas para transformar el escenario de violencia que ha sumido a Quibdó en la desesperanza.

Uno de los puntos clave de la reunión fue la participación de James Mosquera Torres, representante a la Cámara por las víctimas del conflicto armado, quien se unió al llamado de Murillo para impulsar esta estrategia integral que no se limita a la intervención del Estado, sino que también involucre a empresarios y cooperantes internacionales. La “Misión Chocó” no busca solo asistencia puntual o paliativos, sino una solución a largo plazo basada en la generación de empleo y la creación de oportunidades económicas para los habitantes de la región y para lograrlo, se convocará tambien a empresarios nacionales a que inviertan en la creación de empresas locales, que no solo dinamizarán la economía, sino que ofrecerán una alternativa a los jóvenes que hoy encuentran en las bandas criminales su única fuente de ingresos.

Murillo, oriundo del Chocó y con una trayectoria política marcada por su compromiso con las causas sociales y ambientales, es hoy el chocoano con mayor poder en el ámbito nacional, su liderazgo ha sido clave no solo para posicionar los problemas del Chocó en la agenda nacional, sino para convocar a sectores que históricamente no habían estado involucrados en la resolución de estos conflictos.
Su capacidad de reunir a políticos, empresarios y organismos multilaterales es un testimonio de su poder de convocatoria y su visión de una Colombia más justa y equitativa.

La “Misión Chocó” también contempla el involucramiento de organismos de cooperación internacional, que, a través de la inversión social, podrían contribuir a mejorar las condiciones de vida en Quibdó, el objetivo no es solo restaurar el orden público, sino generar las condiciones necesarias para que los habitantes de la ciudad puedan convivir en paz. La transformación de Quibdó requiere un esfuerzo conjunto y multisectorial, en el que tanto el gobierno como el sector privado y la comunidad internacional asuman su responsabilidad en la creación de un futuro sostenible para la región.

Luis Gilberto Murillo ha dejado claro que la “Misión Chocó” es una apuesta ambiciosa, pero necesaria, la esperanza de la comunidad reside en que esta iniciativa no se convierta en una más de las tantas promesas incumplidas, sino que se materialice en acciones concretas que devuelvan la paz y la dignidad a los habitantes de Quibdó.

La historia aún está por escribirse, pero lo cierto es que, con líderes como Murillo al frente, el Chocó tiene la oportunidad de ser protagonista de una transformación histórica.

En medio de la crisis, la “Misión Chocó” representa un faro de esperanza para una región que ha sufrido durante décadas la exclusión, la pobreza y la violencia, el éxito de esta misión no solo dependerá de los esfuerzos gubernamentales, sino del compromiso de todos los sectores de la sociedad.

Si el país responde al llamado de Murillo, Quibdó podría convertirse en un modelo de resiliencia y desarrollo, un testimonio vivo de que la paz y el progreso son posibles cuando hay voluntad política y social.

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