Ojalá no me pase lo mismo de algún día en el que, me puse del lado del que escribió un artículo titulado: “Algo anda podrido en el Chocó”, en el que se denunciaba el supuesto hecho anormal de haber liquidado sin las formalidades legales el Contrato de Distribución de los licores del Departamento del Chocó; momento en el que, me solidaricé con el escrito y con el que lo escribió, por la denuncia que se hace de un hecho que riñe con los principios que debemos abrazar los chocoanos y, por el detrimento que con dicha actuación se ocasiona a las rentas del departamento, pero me salió el tiro por la culata, porque fui empajado y regañado -a mí nadie me mandó-.
Hoy, con los dedos de los pies y de las manos, superpuestos o entrecruzados, haciendo fuerza, escribo esta nota con cuyo título parodio las arengas de las marchas cívicas, en las que, se demanda el cumplimiento de promesas del ejecutivo o por parte de los distintos gobiernos nacionales, regionales o locales para con sus respectivos habitantes; en esta ocasión, aplaudiendo y manifestando mi solidaridad y apoyo a la nota escrita que el Comité Cívico por la Salvación y Dignidad del Chocó, que a través de su presidente Dilon Martínez y su Secretario General Fidelio Blandón, dirigen a la Señora Fiscal General, solicitando una atención especial para los procesos penales contra la corrupción administrativa en el Chocó, haciendo honor a las palabras de su rótulo “Salvación y dignidad” y como lo afirman en el escrito o comunicación, exigiendo del ente fiscal su intervención para resarcir el buen nombre de los chocoanos de la estigmatización a la que hemos sido sometidos por parte de las actuaciones de algunos corruptos, que han hecho carrera apropiándose de los recursos que deben aplicarse en el desarrollo de todos los chocoanos.
Enhorabuena pues, el comité que ha librado grandes gestas en distintos escenarios, incluida la calle, solícita de la entidad correspondiente su intervención para que actúe con mayor rigor, decisión y efectividad en un asunto tan importante como es el de la lucha contra el fenómeno de la corrupción; ejemplo que debe despertar la conciencia de los chocoanos, para que todos escribamos con la pluma de la ética la sanción social que merecen los corruptos.
Es que, nos estábamos acostumbrando a que todo estaba perdido, a que aquí no pasaba nada, porque apenas se inmutaban o denunciaban uno o dos veedores, algún arriesgado periodista o uno que otro columnista, pero el resto era un homenaje al dicho del Pibe Valderrama ”Todo bien, todo bien”, pues, desaparecieron los empalmes de administración a administración, porque para ellos todo ha andado bien, no se perdía una aguja; no hubo entre “Domingo” y Ariel, ni entre este y la actual mandataria, como confirmando que eran de los mismos y no había en que reparar, y así ha venido desde la época de Efrén en la que se transfirieron al Chocó billonarias sumas por concepto de regalías, y ni fu ni fa, sólo elefantes blancos, y lo más relevante fue que, al parecer, le dieron la vuelta a Efrén; tampoco lo hubo en las alcaldías de Istmina o de Quibdó, de Hever a Jaison o de Martin a “Teddy”, aunque, de esta última, si hemos oído el run run del PAE, y de una plata que se había perdido, pero que devolvieron a medias para que todo continuara igual, y el presunto responsable de los hechos irregulares recobrara la libertad.
Está bien que sea a la Fiscalía a quien corresponde la investigación del hecho denunciado como delito, pero es a los jueces de la República a quienes corresponde condenar u absolver, y en ese orden de ideas, cuando nuestra sociedad civil representada en el Comité por la Salvación y la Dignidad del Chocó, solicitan de la primera, mayor dedicación y efectividad en la lucha contra la corrupción, no está de menos que, con el acato debido, solicitemos también a nuestro paisano, quien hoy ocupa la presidencia del máximo órgano de cierre de la justicia ordinaria, su concurso para que, de la mano con la Fiscalía, diseñen una estrategia que les permita a uno y a otros trabajar mancomunadamente en erradicar el flagelo de la corrupción que carcome a nuestro departamento.
PDTA: Se cumplió un año más del fallecimiento del ilustre chocoano Diego Luis Córdoba, y no vimos el desfile de su corazón como en otros tiempos, vi en la foto si, a Rodrigo Córdoba, que casi no es nada con él, a Fermina, hija de su sobrino Emigdio, y a la nieta de este, que, según el árbol genealógico, no le alcanza ni para tataranieta, así como a la extinta Piedad, que no le alcanza ni para nieta del gran hombre público como lo presumen. Los nietos son: el finado Carlos, Pedro Nel (Peter), Diego y René, hijos de Helena, y los hijos de los hijos de estos serán sus bisnietos ¡Por fa, dejen descansar a ese señor!
Atentamente,
Odín Sánchez Montes de Oca
MANO PELE, CHUSPA AL SUELO“¡Viva la lucha contra la corrupción, viva, viva, viva!”. Por:Odín Sánchez Montes de Oca
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