El Chocó y la Región del Pacífico Biogeográfico requieren reorientar su desarrollo desde una visión propia, endógena y étnico cultural, de acuerdo con sus riquezas, potencialidades y oportunidades. La academia tiene en ello una enorme responsabilidad. Especialmente en la formación de mentalidades des coloniales y descolonizadas. En ello, las ciencias sociales y humadas juegan un papel fundamental para mirar hacia el mejoramiento de las condiciones de vida de los pueblos indígenas y afrodescendientes. Pese a que en la región no se ha sembrado centros de estudios sociales y humanos que garanticen una visión de buen vivir propia, el Chocó en particular ha generado importantes personalidades científicas en el campo de los estudios sociales. Rogerio Velázquez, desde luego es el personaje de mayor transcendencia en las investigaciones antropológicas y sociológicas. Pero también se ha destacado el maestro Carlos Arturo Caicedo Licona, Teresa de Varela, Gilma Mosquera, John Herbert Valencia Barco, Juan Tulio Córdoba, y figuras actuales como el historiador Sergio Mosquera, Néstor Emilio Mosquera, Rafael Perea Chalá, entre otras y otros. Desde luego que no se trata de hacer una genealogía de los estudios sociales en el Chocó, pero sí se busca destacar que en el Chocó y en el Pacífico pese a que los centros universitarios no han cultivado las ciencias sociales, la misma fuerza de voluntad de sus gentes han pujado la necesidad de un pensamiento social científico, con el mismo peso que otros campos han florecido en la región como lo es la literatura.
En el marco del proyecto Cátedra Chocó, dedicado este año a destacar la trayectoria y dedicación de don Rogerio Velázquez Murillo a los estudios etnológicos del Pacífico, proponemos que la Universidad del Chocó cree el departamento de estudios antropológicos o la carrera de antropología, que debería tener como meta principal, no solo consecuente con el legado de Velázquez, sino afianzar la formación científica en ciencias sociales en una región que requiere la formación de jóvenes profesionales críticos, descolonizados, con pensamiento propio y comprometidos con encontrar soluciones a los problemas del Chocó.
La carrera de antropología en la Universidad del Chocó sería la primera piedra para estructurar una Universidad declarada intercultural y biodiversa. Su objetivo sería formar profesionales científicos en el campo de los saberes culturales, las cosmovisiones, conocimientos ancestrales e interdisciplinarios en los escenarios etnológicos, arqueológicos, etnohistóricos, etnobiológicos y culturales propios del Pacífico colombiano.
La carrera de antropología tendría un amplio campo de ejercicio profesional, no solo en los escenarios de la antropología aplicada, sino también en la docencia, las investigaciones científicas, centros de investigación, proyectos de desarrollo e iniciativas de inversión social consecuentes con los desafíos del desarrollo de las comunidades, pueblos y grupos sociales.
La carrera de antropología en la Universidad del Chocó tendría como lineamientos generales todas las disciplinas científicas y escuelas antropológicas, pero en tendría un especial énfasis en la antropología del Desarrollo, la antropología del Estado y los estudios afrodescendientes e indígenas. Pero la carrera de antropología debería tener sus divisiones en el campo de la arqueología histórica y prehispánica, de antropología social, antropología cultural y estudios particulares en etnomusicología, saberes ancestrales, tecnologías de adaptación y conservación del medio ambiente.
La carrera de antropología estaría respaldada por un grupo de antropólogos chocoanos, especialmente el Dr. Mario Hoyos Benítez, de la Universidad de la Guajira, los antropólogos América Lozano, Dante Mosquera, Rafael Pera Chalá, el Dr. John Antón Sánchez del Instituto de Altos Estudios Nacionales IAEN en Ecuador, la Dra. María Elvira Arango de la Universidad Federal de Río de Janeiro, la Dra. Angela Olaya, actual ministra de Ciencias, y la Dra. Aurora Figueroa de la Universidad ICESI.
