Victor Dueñas Porras y Gastón Guerrero
Quibdó, junio 6 de 2024
La Canoa es un tipo de embarcación de madera que habitantes de algunas regiones de África, utilizaban para movilizarse en los ríos de un lugar a otro y que aquellos que fueron esclavizados y ubicados en el Chocó, una vez liberados, replicaron en nuestro territorio ese medio de transporte aprovechando para su construcción la calidad de nuestro potencial maderable.
En el Chocó para surcar nuestros ríos, tuvimos varios tipos de embarcaciones, unas denominadas mayores, intermedias y menores. Se denominaban embarcaciones mayores aquellas que transportaban pasajeros y carga entre Quibdó y Cartagena, o las que de Buenaventura, transportaban mercancías y alimentos hasta Primavera, en atención a que la escasa profundidad del río en tiempos de sequía, sólo permitía que dichas embarcaciones llegaran hasta ese punto; tal cual como acontecía con las lanchas procedentes de Cartagena, que solamente llegaban a Quibdó y no podían subir por el Atrato o el Río Quito; por las mismas razones del río San Juan.
Las embarcaciones medianas eran metálicas, con un motor de centro, medían aproximadamente 7 metros como aquellas de propiedad de la Empresa La Confianza, en Quibdó, que transportaban carga y pasajeros hasta el caserío de La Variante en Yuto y de allí el transporte era por carretera con destino a las poblaciones del Río Sanjuan. También había embarcaciones medianas de propiedad de la Compañía Minera Chocó Pacífico en el Río Sanjuán; al igual que en el Corregimiento de La Vuelta (Municipio de Lloró). Estas últimas lanchas cuando venían a Quibdó, atracaban en el puerto que quedaba en medio del Palacio Nacional y la casa de la señora Luisa Astié. En ese puerto también atracaba la lancha García Medina, en su ruta Quibdó-Río Sucio.
Las embarcaciones menores se clasifican según su tamaño y en su orden estaban así: La denominada Canoa que podía medir entre 4 a 10 mts de largo X 1.20 mts de ancho; después estaba la Champa, que medía de 4 a 7 mets de largo y por último, el Potro o Piragua, con 2:1/2 a 4 mts de longitud. Los tipos de madera utilizados para la construcción de las Canoas, por ser resistentes frente a cualquier impacto estaba el Abarco o Chibugá, el Chachajo, el Curibano y el Incive; para la Champa y el Potro o Piragua, por su tamaño y para que fueran ligeras en su desplazamiento, estaba el Cedro y el Wina.
Vale anotar, que la Canoa tomaba la denominación de Ranchada, cuando se le adicionaba a la parte posterior de la embarcación (la Patilla) una armazón de aproximadamente 1.50 mts de largo en forma de arco en construida con cintas o tiras de guadua, caña brava o caña flecha, que se amarraba con tiras de bejuco, o bien del denominado “tripa de gallina” o el de “mandebá”. El armazón se cubría con hoja blanca, hoja de caimán, hoja de catuga o de matamba. Esa especie de rancha, se acondicionaba especialmente para viajes largos con el objeto de proteger de la lluvia o del sol, a mujeres y/o niños de brazos o pequeños. generalmente la canoa, era conducida por 3 tripulantes o bogas; uno iba con el canalete en la patilla o parte trasera de la embarcación, que le daba la dirección como timonel y los otros 2, normalmente hombres fornidos llevaban las palancas para impulsar la canoa y mientras uno de ellos se desplazaba hacia la parte media de la embarcación, el otro subía hasta la punta de la misma, para luego intercambiarse en una especie de rotación.
la Canoa Ranchada en su versión musical, formó parte de una historia de amor que inspiró al educador, guitarrista y compositor Tadoseño Luis Alberto Garcés Palacios, entre los años 1939-1940, a componerle esa canción a una de las hijas del señor Rito Flórez (de su primer matrimonio) que fueron: Mercedes, Cenobia, Leonor y Rita, ésta aún vive en Cali. Para aquellas calendas, la enamorada de Luis Alberto, se encontraba en la Población de Primavera, en el medio Sanjuan donde su padre que era un próspero comerciante, tenía además negocios en Condoto e Istmina.
Luis Alberto Garcés Palacios, era hijo del matrimonio conformado por Abelardo Garcés Palacios y Natalia Palacios Mena, de cuyo hogar también nacieron: Eufemia, Abelardo (ejecutaba el Bombardino) Eda y María Garcés de Copeta, quien fuera una lideresa en Tadó, jubilada por la Asamblea Departamental del Chocó.
El tema musical antes mencionado, se redactó con el siguiente texto:
En una canoa ranchada, que vos me mandaste a traer, me vine rompiendo el agua sólo por venirte a ver (bis)
(Coro) Adiós canoa me voy pa’ vete, rayando la aurora me voy pa’ vete, ay de madrugada me voy pa’ vete, ay de mañaita, me voy pa’ vete,
Llévame de pasajero que te quiero pilotear (bis)
Subiendo Sanjuan arriba en una noche estrellada, yo vi escrito en el cielo el nombre de mi adorada (bis)
(Coro) Adiós canoa me voy pa’ vete, rayando la aurora me voy pa’ vete, ay de madrugada me voy pa’ vete, ay de mañaita, me voy pa’ vete
llévame de pasajero que te quiero pilotear (bis)
Subiendo Sanjuan arriba mi palanca reventó, la virgen me dio la mano y San José me levantó (bis)
(Coro) Adiós …
Esos panes pa’ que son, pa’ tomalos con café (bis)
Allá te mandé un pañuelo, en cada punta un botón, en el centro iba manchado con sangre del corazón (bis)
(Coro) Adiós canoa…….
Como se puede observar desde la primera estrofa, el compositor en su narrativa indica que el viaje es para ver a su enamorada y siempre continúa con el adiós canoa me voy pa’ vete, (de verla) y en manera alguna de ir o desplazarse en una Canoa desde Tadó, en el Río San juan hasta Beté, una población en el medio Atrato, en su margen izquierda bajando, aproximadamente dos horas de Quibdó, en motor fuera de borda.
El tema musical la Canoa Ranchada, es quizás la canción Chocona con más versiones interpretativas, pasando por toda clase de ritmos fuera del denominado son Chocoano, con interpretación del Trío Montecarlo del Tadoseño Ignacio Hinestroza (Chagualo) en ritmo de cumbia con Alberto Barros y la Sonora Macondo, la Orquesta Imbatible de Edmundo Arias, en salsa con el Grupo Niche, la Jhonnys Band Orquesta; que entre otras le han agregado una estrofa, tomada de la canción Pacundina del Maestro Antero Agualimpia.
La Canoa Ranchada la grabó por primera vez Leonor González Mina, con la Orquesta de Rubén Darío Vanegas, después con la Orquesta de Juancho Vargas. Posteriormente la grabó el cantante Chocoano Patricio Caicedo “El platinado del Chocó”, quien popularizó el tema musical que dice así: “Cuando voy bailando siento que me tocan, si estoy en Quibdó siento que tocan, voy a Medellín siento que me tocan y volteo a ver y mi morena es, volteo a ver y mi morena es…”
La Canoa Ranchada se hizo popular en el año 1942, en Istmina y todo el Sanjuan a raíz de los famosos carnavales que se celebraban en esa población, cuando dos candidatas se disputaban la simpatía del pueblo, Luz Orozco Echeverry y Gloria Rumié Mosquera, donde los ejecutantes de esa importante canción fueron los guitarristas Gastón Guerrero, fundador y director del Trío Los Isleños y Víctor Dueñas Porras, Quibdoseño quien para esa época había viajado de Quibdó y se encontraba estudiando en la Escuela Media de Artes de Istmina, de donde posteriormente se fue a Medellín a estudiar en el Instituto Técnico Industrial Pascual Bravo. Víctor me prodigó su amistad desde cuando yo, era un estudiante universitario, hasta los últimos días de su existencia.
Luis Alberto Garcés compuso muchas canciones que se quedaron en el anonimato, debido a su muerte prematura. Como buen músico joven y alegre, contaba con unos amigos también músicos y además parranderos, que normalmente compartían en Tadó en los fines de semana sus guitarreadas, y es precisamente un sábado cuando Luis Alberto decide purgarse, con un vermífugo de nombre Quenopodio, (de ingrata recordación para los de mi generación, la anterior y posterior, por su olor fétido y sabor desagradable, era especial para combatir parásitos intestinales como el ascárides y el anquilostoma; pero hoy se encuentra en desuso por las autoridades sanitarias.
Luis Alberto Garcés, no salió de su casa ese fin de semana; sino el día lunes, con tan mala suerte que se encontró con los amigos guitarreando, que no habían parado la rumba, se quedó con ellos, se tomó sus tragos; pero ese vermífugo que era letal combinado con la sal de cocina y el alcohol, lo intoxicó y le causó la muerte.
Así de triste fue el fallecimiento de Luis Alberto Garcés Palacios, un gran compositor del folclor Chocoano, aunque poco conocido para las nuevas generaciones, dejando sin piloto a la CANOA RANCHADA y sin poder cautivar y conquistar el amor de su vida.
Fuentes consultadas: Salomón Murillo Agualimpia, Luz María Garcés y Víctor Dueñas Porras (q.e.p.d))