Nunca había sido más real la frase acuñada por propios y extraños que expresa “QUIEN NO CONOCE SU HISTORIA, ESTÁ CONDENADO A REPETIRLA”. Parecería que esa condición forma parte de nuestro ADN, porque a pesar de la larga existencia de nuestros pueblos en estos territorios, no se han logrado construir entendimientos por lo menos básicos para abordar esta problemática con la cual hemos convivido por centenares de años, y lo que es peor, pareciera que a la fecha de hoy (en otro evento más, recurrente y cíclico por inundaciones) seguimos a la espera que algún foráneo nos traiga una solución mágica, empezando por las esperadas donaciones y ayudas, que a la larga envilecen aún más, la condición humana de los paisanos. Inclusive se expresan soluciones que tienden a hacer peor el remedio que la enfermedad, con el riesgo de acogerlas sin mayores análisis.
Las soluciones que plantean las REUBICACIONES son una forma de desconocimiento objetivo, de huirle al problema y no enfrentarlo, porque se cree que puede ser una solución mas rápida, vendedora políticamente y económica, cuando es todo lo contrario; habiendo muchos ejemplos en el Choco y en el país de esta realidad. Desafortunadamente ha hecho carrera en los Gobiernos desde su concepción político administrativa, que los problemas de la sociedad no se resuelven si no que se le dan paliativos mientras llega el próximo, y lo mas grave es que nuestras sociedades cada vez mas acostumbradas a las dadivas y al menor esfuerzo; inclusive a pensar; acepta cualquier cosa resignando hasta la opción de su propia existencia.
A partir de estas argumentaciones y teniendo perfectamente claro que no se pueden descalificar soluciones propuestas como las REUBICACIONES DE POBLADOS si no se presentan mejores opciones, me permito plantear la siguiente alternativa denominada ISLAS FLUVIALES, la cual pretende resolver en forma definitiva, la problemática recurrente a la que hemos estado abocados históricamente.
Como referente de Estudio de Caso, voy a conceptuar sobre la Cuenca del Río Atrato, en razón de contar con mayor información disponible; teniendo claro que los resultados que se obtengan podrán ser extrapolados con las adecuaciones pertinentes a las Cuencas de los Ríos San Juan y Baudó, para que la propuesta responda a la problemática de todo el Departamento, partiendo de la siguiente premisa:
NO ES CIERTO QUE EL RÍO SE META A LOS POBLADOS, SINO QUE LOS ASENTAMIENTOS POBLACIONALES ESTÁN DENTRO DE LA LLANURA ALUVIAL DE LOS RÍOS.
Los asentamientos en el Atrato tienen entre 150 y 200 años de existencia, por ende forman parte de la historia y de la expresión cultural de la región, como por ejemplo la de haber construido una relación biunívoca a través de lo que se ha denominado “la cultura del agua”; el río lo da todo y también puede quitarlo todo; y así se ha vivido. Las edificaciones de tipo palafítico han resuelto parcialmente la situación de habitabilidad a través del tiempo, aunque si se evalúa esta calidad de vida desde estándares de saneamiento básico, siempre ha existido precariedad y estados de crisis permanente, marcando bajísimos indicadores, ya que no hay como implementar sistemas de alcantarillado, de acueducto y otras infraestructuras, sin resolver primero las inundaciones recurrentes y por ende los altos niveles freáticos existentes.
Producto de la incapacidad histórica de nuestra Dirigencia para resolver nuestros problemas, se han planteado cuando se presentan emergencias y/o siniestros, muchas alternativas que han pasado desde la reubicación de los poblados a zonas altas inclusive montañosas (propuesta inadecuada porque no concita la condición cultural de los pueblos) hasta llegar a hacer caso omiso de la situación y no hacer nada (como también ha sucedido), otros han manifestando que todo el departamento del Choco y por ende el Pacifico colombiano debía ser concentrado en un solo lugar, al decir de algún “pensador” despistado de la nación.
Entonces debemos asumir nuestra realidad partiendo del hecho de que en los últimos cuarenta (40) años, las condiciones de emergencias generadas por las inundaciones, seguramente no son mayores a las que se hayan presentado hace 80 o 100 años, según se puede constatar en archivos históricos. De hecho, hay referentes de principios del siglo pasado que anunciaban grandes inundaciones en Riosucio por largos periodos de tiempo.
La diferencia es que hoy, la capacidad de difusión de la información es mejor y mayor, por lo cual se nos permite conocer las situaciones que se presentan en otrora territorios completamente desvinculados y aislados por todos los medios de zonas convencionales de la época.
Debemos tener en cuenta que la estructura hidrológica del río Atrato en su zona media a partir de los asentamientos de Bojayá, Vigía del Fuerte y de la Bifurcación del Brazo de Murindó y de Montaño, conforma una llanura aluvial Fig.1, que hace que los límites de su cauce se extiendan casi que ilimitadamente, propiciando en época de lluvias, grandes inundaciones de forma natural por largos periodos de tiempo, lo que afecta en forma importante las condiciones de habitabilidad de los asentamientos localizados en dichas áreas. Vale decir que estas situaciones salvo condiciones de siniestros como los hechos de hoy, forman parte de la cultura de habitabilidad de los poblados en dichas zonas. Esta condición genera a su vez represamientos importantes en los afluentes de la cuenca, como el caso del Río Bojayá y el caso específico de la población de Pogue en el mismo río, haciendo que se presenten inundaciones inclusive en las partes altas.
Lo que quiere decir que los asentamientos de Murindó, Vigía de Cúrbarado, Cúrbarado, Domingodó y Riosucio, ubicados en su zona baja, han estado enclavados históricamente en dicha llanura aluvial, siendo sus asentamientos los de mayor superficie y que definen una problemática de fondo a resolver.
La recurrencia de las inundaciones de estos poblados también se le ha endilgado equivocadamente a la sedimentación de las bocas del Río Atrato por parte de los habitantes de la zona y de la misma institucionalidad colombiana, la cual ha malgastado por años ingentes recursos en resolver un problema en la forma equivocada, porque allí no es el problema.
La condición histórica de estas infraestructuras en las inmediaciones de la cuenca da para que se hayan mantenido en pie desde hace cientos de años en condiciones de vida donde se forjaron familias enteras muy importantes y en algunos casos de supervivencia a los casos de hoy; pero seguramente si no se mejoran las condiciones será muy difícil prospectar y desarrollar estos poblados hacia los próximos cincuenta (50) o cien (100) años de mantenerse la condición actual; por lo que se hace preciso implementar la propuesta ISLAS FLUVIALES como una solución definitiva y sostenible a la problemática planteada .
La implementación de la propuesta de las ISLAS FLUVIALES facilitara además el desarrollo y construcción de sistemas de saneamiento básico, energía, desarrollos peatonales y de vehículos menores en el área del asentamiento, vivienda digna, y el fortalecimiento de la institucionalidad a través de una consolidación de carácter fiscal a partir de sus bases prediales a nivel municipal.
Todos estos conceptos se plantean de cara a la propuesta de navegabilidad del río y a sus necesarias opciones de ver reflejados los beneficios para las mayorías en cuanto a la generación de riqueza para la región, dándole sentido a la tan cacareada Sentencia T-622-16 del Río Atrato como sujeto de derechos, sin ningún resultado hoy después de ocho (8) de promulgada; es decir, esta propuesta abriría las opciones para articular múltiples soluciones que aborden distintas problemáticas. Como bien se diría, hay de todo y para todos, si la intención es trabajar.
Entonces, habiendo establecido el QUE, voy a proceder a establecer el CÓMO, partiendo del principio de “que la solución siempre está dentro del problema”, teniendo casos muy representativos como el de los sectores de Kennedy y San Vicente en Quibdó desarrollados en las décadas del 70 y 80 como referencias locales y no importadas, para aprovechar todas estas experiencias para aplicarla a la solución propuesta. Y es que hasta existe una draga parqueada y sin oficio hace mas de 45 años en la orilla del Río Atrato!
En consecuencia, no sería necesario reubicar los asentamientos poblacionales generando traumas mayores, si se lograra el aprovechamiento de las estructuras palafiticas de los poblados existentes en estas zonas, generando los rellenos mediante dragas hasta los niveles o rasantes de las crecientes históricas de los últimos 100 años, haciendo aparecer el suelo de los “nuevos” asentamientos por encima de los riesgos de inundación; lo que permitiría la aparición espacial del “viejo” asentamiento pero ya en una condición estable y permanente en condición de ISLA. Lo demás es ingeniería básica que se podría desarrollar con la Facultad de Ingeniería de la Universidad Tecnológica del Chocó. Sería una solución de los Chocoanos para los Chocoanos, con mano de obra nativa y necesitada.
Los estudios para la realización de una primera etapa de la propuesta no debería superar los $950 millones de pesos y deberían estar concluidos en un periodo no mayor a seis (6) meses; para dar inicio a la realización de los primeros trabajos inmediatamente.
Entonces invito a menos quejas y más acción. A TRABAJAR!!