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En 1929 los hermanos Acevedos realizaron la primera película sobre el Chocó, destinada a mostrar al país cuanto vale para Colombia esta olvidada comarca.

A.B.C. Diario de la Tarde, Quibdó agosto 21 de 1929

En noviembre de 1929 y en una época de prosperidad durante la Intendencia del Chocó, se filma la primera película en la historia de esta región, que sirvió de promoción de todas las potencialidades, recursos naturales, agrícolas, mineros que por estos días mostraban orgullosos los chocoanos. La película Chocó fue realizada ni más ni menos que por los Hermanos Acevedos, los mejores del momento, quienes viajan hasta el Chocó y durante semanas logran un impresionante registro que fue proyectado en premier en teatros de Bogotá y Quibdó y de la cual, solo sobreviven 19 minutos, que han sido custodiados con recelo durante años por la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano.

La existencia de la película, su historia y regreso de las imágenes al Chocó, fue posible en el año 1998, gracias al investigador Gonzalo Díaz Cañadas, quien desde ese momento, se dedicó con pasión a la recuperación del patrimonio visual, con las cuales años después daría vida al Archivo Fotográfico y Fílmico Del Chocó, que hoy en día posee una colección de más de 800 videos documentales sobre la región chocoana y ha realizado investigaciones con los cuales se ha documentado y narrado desde el periodismo la historia del cine que llega temprano al Chocó en 1914 ,los teatros, las películas, los fotógrafos,losmaquinistas y las películas que se veían ,rompiendo la monotonía y dando un aire de modernidad a la pujante ciudad de Quibdó. etc.

La noticia de la filmación de la película fue registrada en la primera página del periódico ABC, el más importante de la época de esta manera. “Sabedores de la firma de un contrato entre el señor intendente y la casa cinematográfica, Acevedo e hijos – Arts Films de Bogotá, par la ejecución de una película sobre el Chocó, nos pusimos al habla con el Dr. Jorge Valencia Lozano, horas antes de su partida hacia la costa chocoana del Pacífico, con el ánimo de obtener para nuestros lectores una información detallada sobre este trascendental paso dado por el Dr. Valencia.  Y nos dijo:  Para dar a conocer en toda su magnificencia nuestra hermosa y rica Intendencia me propongo llevar a cabo la ejecución de una cinta cinematográfica en la que se pormenorice cada asunto de los miles que posee nuestro Chocó en la inagotable fuente de sus grandezas.  Por ella pasarán, pues, ante los ojos del espectador, la rica costa del Pacífico con sus incomparables bahías, sus inigualables puertos, sus magnificas tierras de cultivo y sus fantásticas bellezas naturales.  La maravillante y multicolora fantasía con que natura engalanó las riberas del San Juan, el diamante colombiano, como con justicia lo llamó uno de nuestros poetas.  En serena y esplendorosa majestad de nuestro Atrato.  Los secretos de las sierras chocoanas y los aspectos más interesantes de nuestra vida ciudadana en las villas y todas las grandes empresas industriales y agrícolas que con tanta pujanza han empezado a germinar en nuestro suelo, amplio y hospitalario como ninguno otro del país.

Ingenio azucarero de Sautatá

De la casa filmadora con quien se ha celebrado este compromiso, diga que es la mejor organizada del país y la que cuenta con operadores más hábiles preparados.  Las mejores cintas nacionales han sido producidas por ella:  Bajo  el Cielo Antioqueño, La Tragedia del Silencio, Amor, Deber y Crimen, de González Coutin  y las mejores revistas de los hechos notables del país; como la llegada de Méndez, cinta que adquirió el gobierno nacional para sus oficinas de propaganda, los funerales de Herrera, el P. Almansa  los sucesos del 8 de junio y muchas más, han sido otros tanto aciertos de esta casa, de la que espero hará para nosotros una película que podamos exhibir con orgullo dentro y fuera de la república.  En nuestra cinta mostraremos con diagramas animados todas las futuras vías de comunicación que una vez realizadas en nuestro suelo, constituirán para la nación las bases de un positivo engrandecimiento en lo político, en lo militar y en lo económico.  En fin, diga usted que no omitiremos un solo detalle de los mil que hay como pretexto para mostrar al Chocó en lo que es:  la redención de la patria. 

Demasiado elocuentes son las palabras del señor Intendente para que nosotros agreguemos un solo comentario” .[1]

La realización de esta película que tuvo un costo de $ 3.200 peso se inició de manera inmediata con el arribo de los hermanos Acevedo al Chocó, trayendo de paso una muestra del cine que habían realizado y que sirvió para una realizar una temporada de arte cinematográfico en Quibdó, donde se proyecto por esos días la película “Bajo el Cielo Antioqueño” a primera realizada en el país.

Uno de los Acevedos durante un viaje en lancha.

Con la salida del Intendente Valencia Lozano un año después  el trabajo se vio paralizado unos meses, pero luego La Intendencia Nacional del Chocó  bajo la administración del doctor Heliodoro Rodríguez incluyó en el presupuesto de rentas y gastos para la vigencia  fiscal de 1931  una partida dentro de los gastos varios para el pago del segundo contado de la filmación de la película Chocó  por un valor total de mil seiscientos pesos[i][2].

Esta cinta en blanco y negro contienen imágenes sorprendentes de la vida cotidiana en el Chocó hacia mediados de los años veinte, aparecen Istmina, Quibdó, Condoto, labores de minería del oro en los ríos, indígenas y limpios caños surcados por canoas apacibles y serenas. Una curiosidad: tal vez para dar mayor impresión de modernismo, unos pocos vehículos, seguramente el único que por ese entonces existían en Quibdó, son dirigidos a pasar frente a las cámaras una y otra vez, en distintos sitios y con direcciones cruzadas. Reiteración que hoy en día no deja de tener un efecto cómico.[3]

Esta película muestra el Chocó pujante y cosmopolita y el auge comercial que para ese entonces se respiraba a través de la presencia de multinacionales en la explotación del oro y el platino en la zona del San Juan que requirió de la construcción de la microcentral de la Vuelta en el Alto Andagueda y el Ingenio Azucarero de Sautatá iniciado por Miguel Abuchar que entró en producción   partir de 1923 y que durante casi 24 años produjo finas azucares y maderas de la zona del Bajo Atrato.

TEMPORADA DE ARTE CINEMATROGRAFICO

Paralelo a la filmación de la película, los Acevedo con todo el material visual que poseían  y en asocio con la intendencia realizaron el Quibdó  una temporada de Arte Cinematográfico por donde desfilaron imágenes de la actualidad nacional, pero de manera especial se proyecta “ Bajo el Cielo Antioqueño” con argumentación, dirección artística y literatura del doctor Arturo Acevedo Vallarino, interpreta, interpretada por damas y caballeros de la alta sociedad medellinense, maravillosa y eficiente exposición de cuanto vale hoy la cultura y de cuanto ha logrado en el camino del progreso el incomparable pueblo de la Montaña.  La Tragedia del Silencio; adaptación y argumentación del doctor Arturo Acevedo Vallarino de la novela corta del chocoano González Coutin e interpretada por damas y caballeros de la alta sociedad bogotana y obra en que desfilan al lado de los maravillantes paisajes sabaneros y de la imponente majestad del Tequendama, escenas de un fino sentimentalismo y la inolvidable silueta del Santo Bogotano, el franciscano Padre Almansa.  L’ Aiglon, la trágica vida del hijo de Napoleón, según la idea de la mundialmente conocida tragedia del príncipe de los poetas franceses de este siglo, el inmortal Edmond Rostand.  La Corte de los Milagros, un fiel recuento histórico de los precursores de la Revolución Francesa ya desde tiempos de Francisco I el rey más disoluto y pervertido de cuanto ciñeron la corona de San Luís y en la que puede admirarse la adusta figura del fundador de la compañía de Jesús, San Ignacio de Loyola, empeñado desde entonces en llevar a las gentes la divina luz del saber y la tranquilidad de virtud.  La Virgen del Arroyo, Mujeres Pobres y otras más cuyos nombres iremos dando.[4]

las Cinco Quintas, proyecto urbanístico de Quibdó

Este hecho se daba un mes después del anuncio de la película en el A.B.C. e implica como rápidamente los Acevedo fueron estrechando lazos comerciales, culturales y familiares en el campo del cine en el Chocó, pues una de sus hermanas blanca estaba casada con el chocoano González Coutin, quien realizó varios libretos y guiones para sus cuñados cineastas.

LOS ACEVEDOS EN EL CHOCÓ

A pesar de las vicisitudes estos quijotes del cine colombiano continuaron ligados a este mágico Chocó que parece haberlos marcado. El menor de ellos Armando Acevedo Bernal en agosto 13 de 1939 es decir diez años mas tarde de filmar la película fue designado operador del cine cultural   al servicio de la Intendencia para trabajar en la floreciente población del Carmen de Atrato y otras poblaciones del Chocó donde se exhibía cine cultural. La intendencia dispuso por esos días que los más llamativos programas fueran presentados, incluso a los escolares de Bolívar en el Departamento de Antioquia  como manifestación de simpatía y cooperación.[5]

Gonzalo Acevedo durante su estadía en Quibdó comparte muy sonriente con una dama.

La influencia e interés por el cine en el Chocó  fue evidente, el 30 de  septiembre del mismo año el A.B.C. anunciaba que en el vapor Cartagena llegaba la caja con una pequeña planta eléctrica para el cine cultural  a fin de poder dar exhibiciones en aquellos lugares donde no existía energía eléctrica, en la misma edición se registraba también el arribo  en el vapor Simón Bolívar  de los repuestos enviados por la Collins Company de Nueva York para dejar completamente nueva la estación de radio en Quibdó, la radiodifusora de Quibdó se fortalecía, fue un periodo de aduje cultural. El periódico titulaba en primera pagina” Acevedo viene para las fiestas” donde se expresaba que el filmador de la intendencia señor Acevedo sale en estos días para Quibdó a fin de filmar las festividades de San Francisco y del día olímpico.

Arturo Acevedo Bernal, de la firma encargada de la película.

Su trabajo como filmador oficial de la intendencia se realizó siendo intendente Dionisio Echeverry Ferrer, Armando Acevedo se radica en Quibdó, vinculado a la oficina de extensión cultural, lo que reafirma la importancia que se le daba al cine en esa época. Fue empleado de la División de Instrucción Publica, asignado a la sección Cultural, encargado de filmar y tomar fotografías de los principales acontecimientos de la intendencia, la oficina contaba con buenos equipos de filmación y estaba ubicada en el sótano del edifico nacional que fue destruido luego del incendio de octubre de 1966.

Por su carácter cachaco, desdentado, era víctima de bromas y en esta ciudad muy dada a ponerle apodos a las gentes y fue bautizado como “Aceguebo”, no precisamente por que fuera ahuevado, sino por su apellido. Armando estuvo varios años en el Chocó y promovía el cine cultural y mostraba las filmaciones que realizaba.


[1] A.B.C. Diario de la Tarde, Quibdó agosto 21 de 1929

[2] Gaceta Departamental, pág. 149

[3] 50 Años del Cine Parlante en Colombia- Archivo Cinematográfico Colombiano Los Acevedo.

[4] A.B.C. Diario de la Tarde, Quibdó  sep 28 de 1929

[5] A.B.C. Diario de la Tarde, Agosto 19 de 1939


[i] Gaceta de la Intendencia-Pág. 149

Bibliografía

  • Memoria Visual: Focine – Ministerio de Comunicaciones, marzo de 1990
  • González Luis – Nieto Jorge Catalogo: Archivo histórico los Acevedo – Fundación Patrimonio Fílmico Nacional.
  • Fundación Patrimonio  Fílmico Nacional: Listado base de datos –Archivo Lara: Misioneros hijos del inmaculado Corazón de María.
  • Informe de la Prefectura Apostólica del Chocó
  • AUDIOVISUALES : Ministerio De Comunicaciones: catalogo
  • Misioneros Claretianos Colombia Occidental: Memoria Fraterna de nuestros misioneros difuntos 1965-1999.
  • Periódico El Tiempo: Cine colombiano en 1965- Lecturas Dominicales. Enero 2 de 1966, Pág. 7.
  • Martínez Hernando: Historia del Cine Colombiano, editorial América Latina, Bogotá, 1978. Pág. 239
  • Periódico El Tiempo: Recordando el cine colombiano” prehistórico”, Abril 8 de 1999, Pág. 5B
  • El Cinematógrafo en Colombia
  • Salcedo Silva Hernando ; Crónicas de Cine
  • Gaviria Pérez Nicolás: Misioneros Claretianos
  • Gaitán Orejuela Efraín: Grandes del Chocó –Editorial Alas Libres – Medellín 1995
  • Friedeman Nina: La Fiesta del indio en Quibdó un  Caso de Relaciones Interétnicas-

Revista Colombiana de Antropología. V 19 /1975.

  • El´Gazi Leila: Cien años de la llegada del cine a Colombia – Revista Credencial Historia, edición 88, Abril 1997: ( Bajado de Internet)
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