Artículo publicado en el periódico La Opinión de Quibdó, bajo la dirección de Tomás de Aquino Moreno en Julio de 1948.
Angustiosa fue mi primera impresión después de sólo tres meses de ausencia. Horas después de saltar del avión salgo a la calle con la camisa abierta sobre el pecho para recibir la brisa. Y a tres cuadras me encuentro con el primero de mis viejos amigos. Este es un muchacho moreno de rostro enflaquecido, mirada sombría. No sabe un oficio ni ha tenido oportunidad de aprenderlo. Vive trabajosamente batiendose contra viento y marea, tomandose el desayuno cuando puede o acostandose para calmar en el sueño el azote del hambre.
Cuándo partí la última vez el tenía un modesto empleo en el cual no ganaba siquiera cincuenta pesos,pero al menos le servía para procurarse la comida.
Después de que te fuiste, me dijo, deje de trabajar allí. Cosas de la persecución conservadora. Esta maldita administración, cuya mayor influencia la tiene un alcoholizado, no tiene inconveniente en arrebatarle el pan al más pobre padre de familia, por el único pecado de ser liberal.
…Mientras hablaba los ojos pardos le brillaban disparando una tremenda acusación al mundo.
Yo tenía la impresión de que este hombre
maldecía mil veces la organización social en que vivimos, por que no solo mata el espíritu del hombre, sino que le niega un bocado de pan.
Y por qué no haces otra cosa ?, le insinué. pude observar su vestido de dril bastante sucio, los cuellos de camisa y saco deshilachados, los zapatos rotos, embarrados. Y penetrando en la expresión de su rostro noté que el calor de Quibdó se había vuelto insoportable.
Y continuamos por la carrera primera para respirar la brisa del Atrato. Yo iba pensando: acabo de venir de la Intendencia del Meta . Allá las gentes del pueblo no son ricas, pero al menos cada campesino tiene una pequeña finca con plátanos, yuca, avena; y en el patio de sus casas nunca dejan de amarillear las naranjas. Aquí somos departamento, y tendremos que tener pronto grandes naranjos en los campos y la comida para cada campesino. Si no nos llega la transförmación económica todo estará perdido.

