Fotografía tomada por : Jair Asprilla
Cocco Kilele (Valentina Córdoba Palacios), hija de Yiris, parida por Rosana y Paulina, nieta de Rosa Cruz y descendiente de Rosa Maria, y ella es porque todas ellas fueron. Cocco es una joven artista, poeta, escritora y líder de 19 años de edad, estudiante de Lingüística y Literatura en la Universidad Tecnológica del Chocó.
Nació en Antioquia, Medellín, un 01 de septiembre del 2004, porque parirla en Quibdó implicaba altos riesgos de salud para su madre; vivió unos meses en aquella ciudad y luego tuvo que ir a vivir con su abuela materna, mientras su mamá trabajaba. Después de 3 años, la enviaron a donde su abuela paterna en Bagadó, cuyo nombre es Paulina, aquella mujer que le regaló el tesoro de la lectura; Cocco lo considera el mejor legado, pues aprender a leer es abrirse a un mundo de conocimiento. “¿Quién sería yo si ella no me hubiese enseñado a leer?”, manifestó Cocco. A los años y de una manera muy traumática, tuvo que despedirse de aquella mujer. Kilele fue devuelta a la ciudad de Quibdó con su madre, a habitar en el barrio Reposo, un lugar de la zona norte de Quibdó que ha sido marginado por la violencia y que diversos actores le han robado la paz y la tranquilidad a quienes le habitan.
La vida de Cocco ha sido un continuo peregrinar entre diferentes hogares, una danza de adaptación constante; después de años y en un vaivén de vivir en lugares diferentes a causa de diversas razones, Cocco fue enviada a Medellín como forma de castigo por perder un año. En Antioquia estuvo durante 5 años, donde aprendió muchas cosas y sufrió otras, se desprendió de otras, cayó, se levantó, se proyectó y se escapó de su casa, como forma de castigo, la enviaron a su casa en Quibdó, específicamente en la comunidad rural Calle Quibdó, la cual queda a orillas del Río Atrato, pero para ella, esto no ha sido un castigo, sino la mejor fortuna que le ha podido ocurrir, lleva habitando estas tierras chocoanas 4 años, de los cuales agradece por la sabiduría y sobre todo por tener la oportunidad de reencontrarse con su ser poeta, desde un lugar más digno, más grande y más avanzado, porque aunque ella escribía en Antioquia y fue lo que la mantuvo viva, vivir y escribir en el Chocó es lo que la mantiene fuerte.
En este viaje de idas y venidas, Cocco afrontó el desafío de establecerse en nuevos lugares, y aprender a vivir en entornos cambiantes; entre los grandes desafíos que Cocco considera que ha enfrentado en su vida ha sido encontrarse en movimiento entre tantos lugares, ya que cada vez que se mudaba de casa tenía que organizarse de nuevo, crear amistades, aprender a vivir en un entorno nuevo y eso muy difícil porque ha sido una niña muy apegada, aferrada y arraigada, tener que echar raíz en un lugar y volver a salir se convirtió en un gran desafío. Por otro lado, Kilele piensa que existen unas estructuras que afectan y coaccionan su crecimiento, pero ahí va…
¿Para ti qué es Calle Quibdó?
“Para mí, Calle Quibdó es más que un simple espacio habitable; es el refugio donde siempre experimentaré una sensación de bienestar, percibo este lugar como una reserva de mi esencia; cuando temo perderme, encuentro mi camino al llegar aquí y vuelvo a encontrarme, es el sitio que perdurará siempre, dispuesto a existir cuando necesite reencontrarme a mí misma.”
¿Cómo es el entorno físico y social de Calle Quibdó?
“El hecho de que sea una comunidad rural, hace que este rodeada de naturaleza con el rio al frente, es un espacio que cuenta con una tierra muy fresca, con barro blandito y amarillo, después de nuestro gran rio espeso y brillante se encuentra la espesa selva que no tiene casas, pero es todo un hogar. Socialmente Calle Quibdó es habitado generalmente a la mujer y eso hace que la economía esté liderada por ellas que en su mayoría son cabezas de familia, y también por algunos hombres que se dedican al trabajo de la tierra como la mina, sembrar, cortar madera, y la pesca”.
¿De qué manera tus experiencias de vida han influido en tu liderazgo?
“Gran parte de mis experiencias han estado vinculadas a sistemas de violencia, y sé que estas situaciones son producto de sistemas más amplios; he tenido que moverme constantemente, ya que mi vida personal se ha visto atravesada por problemáticas sociales, sistemas de opresión, machismo, racismo y la infantilización. A pesar de expresar ideas precisas, a menudo las personas no les otorgan el valor que merecen, simplemente porque provienen de una mujer joven y negra.”
Fotografía extraída de la web
Lo que vivió en Antioquia en cuanto al racismo fue de manera muy directa, teniendo que enfrentar la realidad de vivir en una familia que no proporcionaba un espacio seguro y soportar numerosas violencias inimaginables; esto fue algo que generó un gran impacto en su vida. Hoy en día, en su Chocó, se ha dado cuenta de que todo ello ha sido consecuencia del racismo estructural. Por ende, le ha costado mucho, y mientras continúe encontrando o dignificando muchas cosas, seguirá enfrentando desafíos.
Cocco decidió ser líder porque había algo que le incomodaba y aunque no le incomodaba a otros, pues para ella vivir de una forma integral sí causa incomodidad. Entonces, causaba incomodidad ver que en Calle Quibdó estaban sucediendo cosas y nadie hacía nada, causaba incomodidad ver que la gente estuviera cómoda con ello; fue así como ella decidió ser líder, moverse de muchas incomodidades, mientras el sistema se incomoda. Kilele es una mujer admirada en su comunidad, y piensan que ha traído muchas bendiciones a su territorio, entendiendo que se han gestado unos cambios importantes; la comunidad está despertando y tienen respuestas de amor y esperanza, tienen muchas ganas de que muchas cosas buenas sigan pasando, así que está va avanzando…
La organización Semillas Negras surge con la misión de prevenir los factores perjudiciales que afectan a la niñez rural, con el propósito de evitar tragedias como la pérdida de vidas infantiles y la temprana maternidad de las niñas a la edad de 14 años, situaciones históricamente observadas en Calle Quibdó; estos acontecimientos han contribuido a disfunciones significativas en diversos aspectos. En Semillas Negras, se utiliza el arte como una forma de construir paz, enseñando a la niñez sobre música, danza, teatro, escultura, pintura y literatura; todo ello se imparte utilizando metodologías populares, con un enfoque decolonial, antirracista y antipatriarcal, mucho de lo que ella sabe lo aprendió por la academia, y aunque no enseñan para personas como ella, utiliza algunas herramientas para enseñar de una forma distinta que combine lo que ha aprendido con mayores, lo que ha leído y lo que ha aprendido en el caminar de la vida, es así como crea las metodologías populares desde un sentido descentralizado.
Para Cocco, una forma de resistir ante todo es escribir, escribiendo lo que le duele, lo que la hace feliz, lo que respira y lo que no respira, escribiendo y escribiendo y
aunque a veces no escriba, siente que las estructuras le hacen daño, las sistemáticas, las que hay dentro de ella, la estructura de la gente, la connivencia, la estructura de la relación y la interacción con los demás seres para ella es una gran estructura, puesto que están creados bajo unas violencias en las que atrás hay unos seres humanos que las provocan; así que resistir lo hace a través de la escritura, cada que puede y procura, y sobre todo, cada que quiere y lo necesita, para Cocco escribir es vivir, y no es nada sin ello…
Para Kilele, uno de sus grandes logros es hoy estar viva, porque esta vida ha sido difícil y le genera ansiedad esperar qué viene luego; dentro de tantas dificultades, Cocco agradece a Dios y a las ancestralidades, pero también a ella por permitirse vivir y tener una estrecha relación con su territorio, porque aunque no siempre estuvo en estas tierras, ella siempre estuvo amarrada aquí y con su corazón latiendo por estos lugares; para Cocco, ser criada en muchos lugares es un gran logro, no solo por eso sino por todo lo que hay atrás, por llevar un mensaje valioso y por visibilizar a su comunidad. Kilele cree que el arte es lo que mueve al mundo y que la humanidad sin arte, sin estética o lo que genera un placer fuera de lo que ya conocemos, pues no sabe qué seríamos. Porque el arte a todos nos lleva a un lugar de sensibilidad distinto, es como un polo en el que la humanidad se encuentra. Así que el arte es también una alternativa para seguir ese camino, porque aunque normalmente los artistas nacen, hay muchos que se hacen. Entonces, para el que no tenga un oriente o dirección en su vida, puede seguir por ahí, así que el arte sirve para cosechar un sentido de vida muy bonito en los seres humanos, y esto hace que nos encontremos en una plena armonía con lo que hacemos.
Cocco tiene infinitos sueños, entre ellos llegar a ser una mujer muy sabia, fuerte, feliz y plena, quiere sentarse a la orilla del río, mirar el sol y decir: “Dios mío, gracias por lo que soy, por lo que tengo, por la felicidad, lo aprendido, por los que están, por los que se fueron, por la tierra, por el río, por las semillas y por mí”. Cocco anhela viajar y conocer muchos lugares, Kilele sueña con una casa muy grande en la que pueda tener una biblioteca y sentir la emoción de ver sus libros ahí, darse a conocer, recitar poesías, enseñar y escribir y escribir, ver a su Calle Quibdó limpio, tranquilo y feliz, sueña con un existir donde no maten a nadie, ella está de acuerdo con que tener una red de apoyo es crucial para sobrevivir, así que una red de apoyo en la adolescencia, en este camino tallado de tantas vivencias, existencias, desafíos y dificultades.
- Estudiante del IV nivel Programa de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad Tecnológica del Chocó