MANO PELE, CHUSPA AL SUELO“No han tenido, ni tienen unidad de mando”. Por : Odín Sánchez Montes de Oca

El pasado 22 de mayo fue un día de recuerdos muy tristes, pues hace un año fallecía intempestivamente la joven, inquieta y carismática sobrina Laura Asprilla Sánchez, -para nosotros “Laurinchis”-, José y “Rosita” sus padres aún no dejan de llorarla, y ello es muestra del profundo dolor que su partida ha dejado en la familia Sánchez Montes de Oca, en sus amigas y relacionados, tal como se experimentó ese día con una catedral compungida en un marco de oraciones y cánticos por celebrarse un año de dejarnos para siempre (Por esta razón, la tardanza en esta entrega).

“…Si los que están en la mesa no representan a nadie, entonces toca hacerlo por región”.
Esta fue una de las frases que escuché en respaldo de la propuesta del presidente Petro respecto de los diálogos y cese al fuego regional o territorial con el ELN, si no estoy equivocado, es una frase del exsenador -por decisión del Consejo de Estado- y próximo embajador en el Reino Unido Roy Barreras, y hasta de pronto candidato presidencial, si sale bien librado de la intervención a la que dicen se someterá en los EE.UU., si es que es verdad la enfermedad que padece desde días atrás; lo digo así por la apariencia física que le noté en mi reciente visita a Bogotá.
El cuento es que, yo si soy testigo de excepción de ese comportamiento anárquico para algunos, federado para otros, del Ejército de Liberación Nacional -ELN-, muy alejado del modelo jerárquico y vertical de las FARC, que les ha comportado disciplina en sus frentes a la hora de acatar directrices, órdenes o decisiones impartidas o acordadas por sus mandos superiores (Secretariado), al punto que se han llegado con ellos a unos acuerdos de paz, a si no sea total. Testigo porque recuerdo que durante mi cautiverio -10 meses-, retenido por el Frente de Guerra Occidental “Omar Gómez”, su comandante “Uriel” -ya dado de baja por las fuerzas regulares del Ejército Nacional-, en respuesta a mi pregunta del por qué Pablo Beltrán, uno de los jefes del grupo guerrillero, en declaraciones a la prensa nacional en épocas de mi retención, había manifestado después del canje por mi hermano que: “…me iban a someter a un juicio político por mis acciones en el ejercicio de la política en el Departamento del Chocó…”, aquel me respondió: “¿Y usted que cree?, nosotros acá no le paramos cinco de bolas a lo que ellos digan por allá, o a las instrucciones muchas veces con afanes mediáticos que emanen del Comando Central “COCE”, además, su secuestro es extorsivo, y en parte lo vamos a liberar sin que su familia termine de pagar, más por consideración con los viejitos (Gabino Rodríguez, Antonio García y Pablo Beltrán), que por acceder a los condicionamientos del presidente Santos para la reanudación de los diálogos en Quito, cuento en el que no estamos”. Conversaciones que se reiniciaron el 7 de febrero, 5 días después que me liberasen en el corregimiento de Noanamá -municipio del Medio San Juan-, en presencia de la Cruz Roja Internacional, delegados de países garantes, la sociedad civil, iglesia y organizaciones comunitarias de base -indígenas y negras-.
No quisiera mezclar manzanas con peras, como suele hacerlo un acallado asesor financiero de gobernaciones en encargo, politólogo, y también columnista de sueños o de equivocadas cábalas electorales, pero si quiero, fiel a mi estilo y con la mayor devoción por mis lectores, similar las diferencias de criterios, de opiniones y la inexistencia de unidad de mando en el ELN con lo que sucede tal y cual en algunas organizaciones políticas nuestras, en sus matices y sectores, que por lo general dan al traste con los procesos de escogencia de candidatos, o con la aplicación de políticas públicas de beneficios comunes o sociales una vez llegan al poder, nada más parecido pues, con que en los últimos días “El Notablato” del liberalismo, o muebles viejos del Cordobismo, para usar términos de Alfonso López Michelsen: Diego Córdoba Zuleta, William Halaby Córdoba, Franklin Mosquera Montoya y Efrén Palacios Serna, quienes en algunas épocas ocuparon altas dignidades regionales, sometidos hoy a la dirección credencialista que en tiempos de Gaviria se apoderó del liberalismo chocoano (Nilton y “Domingo”), se dieron cita en algún lugar de nuestra capital junto a precandidatos a la Gobernación y Alcaldía de Quibdó, en búsqueda de procedimientos de escogencia que les permita un cese al fuego, para que quien dice “ir por todo”, no les imponga candidatos suyos a la Gobernación y Alcaldía de Quibdó al resto de dirigentes de dicha colectividad. Sin que haya sido el tema central, “Dicho me han”, que la soberbia de “El Bagre” no ha permitido la unidad de criterio para la escogencia de los candidatos a la Alcaldía de Quibdó y a la Gobernación del Chocó, porque de tiempo atrás el Cordobismo, como los “Elenos”, no ha tenido unidad de mando, no saben a quién o que directrices acatan: o las del Directorio o las del Comando Cordobista, o las del Notablato que anda buscando ponerle orden a las huestes de Diego Luis.
PDTA: Anda por ahí circulando una relación de 240 contratos otorgados con cargo a los recursos del Proyecto de la Madera de la UTCH, por distintos valores de 30, 20, 10, 6 millones, mucha gente que uno diría que, “cuando no es por los Chalá, es por los Córdoba” -no la reenvío porque de pronto se enoja algún amigo o profesional conocido, y estás no son épocas para ganar más enemigos por lo que con razón decimos-.
Atentamente,
Odín Sánchez Montes de Oca