El paro cívico de 1967 por agua y luz. Por: Américo Murillo Londoño – Mis memorias IV parte)

Segunda parte de antecedentes del paro cívico de 1967 por agua y luz
A partir del 26 de octubre de 1966 fecha de ingrata recordación para los Quibdoseños, por la inédita conflagración que arrasó con buena parte de las construcciones residenciales, despachos públicos y establecimientos de comercio, que dejó en bancarrota a muchos comerciantes, fecha en la que la situación se tornó más crítica para la comunidad.
Del racionamiento de la energía eléctrica se pasó a una oscuridad total, se retrocedió en el tiempo como en 50 años, se pusieron de moda las planchas de carbón, las lámparas de kerosene para alumbrar, las velas, estufas de Kerosene, fogones de leña o carbón y los Esso candela. En lo que tuvo que ver con el acueducto, la salvación fue su sin duda el agua de lluvia que se podía almacenar en tanques de hierro donde venía la gasolina y/o en otro tipo de vasijas y para necesidades como lavar o enjabonar ropa y baño se suplían con las aguas del Río Atrato.

Pasado el incendio, la solidaridad con el pueblo Quibdoseño fue inmediata tanto a nivel nacional como internacional; al día siguiente del incendio el Presidente de la República Dr. Carlos Lleras Restrepo envió a su Consejero Presidencial Emilio Urrea Delgado, para que lo pusiera al tanto de la magnitud del incendio y poder escuchar de viva voz sus sugerencias para tramitarlas con el alto gobierno.
Las ayudas no se hicieron esperar y fueron transportadas en aviones Hércules de la Fuerza Aérea Colombiana, tales como vestidos, calzados, frazadas, telas, mercados, leche en polvo (leche curia) queso amarillo tipo americano, aceite de oliva que lo administraban desde la casa cural y las monjas del ancianato; dichas donaciones fueron como una bendición de Dios; teniendo en cuenta que como saldo de lo que fue el comercio, el incendio sólo dejó unos cuantos “chuzos” o tienditas de barrios de la periferia con muy poco que ofrecer , por lo que se agotaron en pocos días.
Por iniciativa del Presidente de la República, el Congreso de la República aprobó la Ley 1ª de 1967 en la que se dispuso entre otras cosas, la reconstrucción de las zonas devastadas por el incendio de Quibdó, ayuda a los damnificados por causa de la conflagración, préstamos para la construcción de nuevas viviendas, y para los comerciantes específicamente para la reposición de maquinaria que hubiera tenido destrucción o afectación por el incendio; como también préstamos para reactivar la economía de los mismos.
Para la reconstrucción de Quibdó se creó el Comité pro Remodelación de Quibdó, manejado directamente de Presidencia de la República, pero se instaló una oficina en la ciudad capital, bajo la coordinación del ingeniero Álvaro Peñuela; se dispuso que las dependencias de urbanismo de las Facultades de Arquitectura de las Universidades Nacional y de los Andes, que serían las encargadas de los estudios y diseños arquitectónicos para las viviendas, así como el planeamiento urbano de las mismas.

Con la reconstrucción de Quibdó, se pretendía la implementación de un nuevo plan de desarrollo urbano para Quibdó, teniendo en cuenta que a principios del siglo XX el arquitecto Catalán Luis Llach Llagostera, elaboró el primer plan de desarrollo urbano para Quibdó, cuando estuvo residenciado en la ciudad, donde construyó importantes obras urbanísticas. Vale anotar, que para 1958 en la presidencia de Alberto Lleras Camargo, se dispuso la elaboración de un plan de desarrollo para el Departamento del Chocó, mediante la Ley 7ª del mismo año, el cual se convirtió en letra muerta, no se ejecutó dicho plan ni hubo desarrollo para el Departamento.
Con el paso de los meses posteriores a la conflagración algunos sectores de la población de Quibdó, estaban preocupado porque no se iniciaban las obras de reconstrucción de la ciudad, particularmente los comerciantes estaban al borde de la desesperación por la demora de los bancos que operaban en la ciudad, vale decir el Popular y el del Comercio, para desembolsar los empréstitos, soslayando las instrucciones impartidas por el Gobierno Nacional y la Junta Monetaria, de facilitarle créditos a todas aquellas personas que hubieran sido afectadas por el antes mencionado incendio.

Lo anteriormente anotado, sumado a los continuos racionamientos de agua y energía, dieron lugar a que los comerciantes crearan el “COMITÉ PRO INTERESES DEL COMERCIO DE QUIBDÓ” y en su boletín No.1 de agosto 18 informaron de su creación, indicando además que el centro de actividades lo habían establecido en el cuarto piso del edificio de la Beneficencia donde estarían permanentemente laborando y suministrando cualquier información. Dicho comité; también anunciaba que entrarían en un cese de actividades en forma indefinida, salvo las droguerías, hasta tanto el gobierno nacional no se pronunciara en una forma definida sobre los problemas que se le habían planteado.

Firmaban dicho boletín los señores: Napoleón Vera Bosa, Víctor Hugo Lozano, Donaldo Valdés Ortiz y Jaime Botero Uribe. En el mismo boletín el comité alertaba a la comunidad, que su movimiento era netamente cívico y gremial y por tanto rechazaban la aparición y circulación el día anterior, de unas hojas volantes de carácter político (según ellos) firmadas por un comité fantasma. Con este mensaje el Comité marcaba distancia con aquellas personas que insistían en el paro, entre las cuales había integrantes del mencionado comité, que se habían reunido con estudiantes del Colegio Carrasquilla, que de inmediatos mostraron su disposición de marchar por las calles de Quibdó, exigiendo agua y luz.
Vale anotar que en 1954, se realizó la primera huelga estudiantil en el Colegio Carrasquilla debido a que dicho plantel educativo, se cuestionaba la calidad de muchos profesores; al punto que una comisión integrada por estudiantes del curso Sexto (hoy grado 11) viajó a Bogotá a entrevistarse con funcionarios del Ministerio de Educación, donde se resolvió suspender el año lectivo para los dos últimos cursos del Carrasquilla, pero en el Ministerio le ofrecieron becas a los estudiantes de la comisión, para que terminaran el año lectivo y se graduaran de bachilleres, algunos en colegios de Bogotá y otros en municipios cercanos a la capital.
De hecho con la intermediación del Gobernador Mosquera Rivas, quien se desplazó a la ciudad de Bogotá, logró la comunicación telefónica del Presidente Lleras con representantes del “COMITÉ PRO INTERESES DEL COMERCIO DE QUIBDÓ” a quienes además les envió una comunicación el día 17 de agosto del 67 invitándolos a no adelantar el paro del comercio, además el Dr. Lleras prometió que de inmediato impertiría instrucciones a los entes competentes encargados de la remodelación de Quibdó, agilizar cuanto antes los trámites necesarios tendientes a conjurar el paro que se gestaba en Quibdó, pero les advertía a los del Comité, que entendieran que no era tan fácil emprender y culminar unas obras de la magnitud que se requería, tales como el trazado de vías, cruces de éstas, parques, espacios públicos, plaza de mercado; como también los estudios técnicos y económicos, para las redes de acueducto, alcantarillado y energía eléctrica de toda la zona comprometida por el incendio, que se tenía que armonizar con la parte de la ciudad que no había sido afectada por las llamas.

Quienes estaban interesados en que el paro continuara y que los estudiantes protestaran, se dedicaron a difundir una serie de hojas volantes, dirigidas a los padres de familia y a los estudiantes instándolos a levantarse en contra de los Gobiernos Seccional y Nacional, utilizando términos desobligantes e injuriosos contra el Gobernador del Chocó y Presidente de la República, e instando a la comunidad a promover acciones tendientes a desmembrar al Chocó de Colombia.
Informes de inteligencia del Das, remitidos al Gobernador le indicaban que el pie de imprenta de varias de las hojas volantes, habían sido editadas en Bogotá, en el mes de julio de 1967, muchos días antes del luctuoso paro del 26 de agosto de 1967, justo en la misma imprenta donde se imprimía el Periódico Libertad, de un conocido jefe político del Chocó, y se afirmaba que detrás del paro había un móvil político de una minoría, en desacuerdo con el gobierno departamental en cabeza del Dr. Ramón Mosquera Rivas, primer gobernador del Chocó, que pertenecía al sector político “Acción Democrática´ más conocido como Cordobismo.
Ver : Boletín Informativo No 1 en el cual se anuncia el paro cívico, Quibdó, agosto 18 de 1967.
Boletín Informativo No 2 en el cual la Cámara Junior de Quibdó adhiere al paro Agosto 18 de 1967
carta enviada por el Gobernador Mosquera Rivas al presidente Lleras con un informe general de lo acontecido durante la protesta.
P.D. Continuará en la próxima edición