De El Paraíso a Kennedy (I Parte) Por : Américo Murillo Londoño (Mis memorias)

Es incuestionable que la tragedia para muchas familias asentadas en Quibdó, con ocasión del incendio que destruyó buena parte de sus construcciones, trajo consigo un cambio urbanístico, en la medida que las nuevas casas de los damnificados por el voraz incendio, se construyeron en concreto y a partir de allí, en ese sentido la gente transformó las viviendas que en su gran mayoría eran en madera, que a Quibdó le daba aspecto de una ciudad caribeña y encantadora.
Las casas eran de una o dos plantas con balcones, pintadas de color gris, verde o azul. Recuerdo una sola casa de tres niveles que quedaba en la Carrera 1ª, de propiedad de los hermanos Bechara Banna, donde tenían en el primer piso su almacén, en el segundo piso funcionó la Secretaría de Educación y la emisora la Voz del Chocó y en el tercer piso estaba la residencia del Gobernador.
Vale recordar que las viviendas de la Carrera 1ª- que estaban ubicadas en la margen izquierda del Río Atrato de sur a norte, por el desnivel que había entre la vía y la orilla del río, dichas casas en la parte de atrás, tenían hasta dos pisos, que servían de alojamiento para la gente del campo e indígenas, como también para guardar los productos que traían para vender en Quibdó, tales como el pescado seco, el caucho, cacao, biche en cantaras y pieles de animales como la del tatabro, para hacer bongoes, redoblantes y tamboras.

Las casas de Quibdó todas tenían claraboyas para su ventilación, con distancia del piso al soberado (hoy cielo falso) con no menos de 5 metros que permitía que el aire circulara libremente, sus paredes eran de tablas o de esterilla de palma que se pañetaban con una mezcla de boñiga de vaca con limo; una especie de barro que se recogía de la orilla del río. Las paredes se blanqueaban con cal o carburo, en esas viviendas no se sentía calor, la gente dormía con toldillos y arropada; nadie pensaba en ventiladores y menos en aire acondicionado, como sucedía y aún acontece en la Costa Atlántica.
La madera con la que se construían las casas, era cotada, bien en la fase de luna llena o en la de cuarto menguante, que eran los momentos en que lo árboles tenía menos humedad y los troncos eran menos proclives a las plagas y éste protocolo, era una regla de oro para los constructores, que entre otros los más reconocidos fueron: Francisco Palacios Mena, Fernando Martínez, Delfino Murillo, Venancio Moreno, Inocencio Cuesta Casas, Lácides Casas, Antonio Cuesta, Plácido Cuesta Arias, Gregorio Rentería y Tobías Cuesta.
Con posterioridad al incendio de Quibdó, en el gobierno de Carlos Lleras Restrepo, se expide la Ley 1ª de 1967, por medio de la cual se crea el Comité Pro Remodelación de Quibdó, con sede en Bogotá y al frente de ese organismo se nombra como Presidente a Mauricio Obregón, un ingeniero de profesión, historiador y piloto. Posteriormente se expide el Decreto 760 del 24 de mayo de 1968, mediante el cual el Comité Pro Remodelación de Quibdó, se transforma en la Corporación para el Desarrollo del Chocó, se definen los lineamientos administrativos de dicho ente, conformación de junta directiva, apropiación presupuestal, montaje de oficinas, etc. Posteriormente en 1970, se designa como Presidente de la Corporación al Ingeniero Chocoano Armando Perea Rosero y dicho organismo pasa a depender del Ministerio de Agricultura.

Fue importante en el proceso de la remodelación de Quibdó, la draga, que por disposición del Dr. Lleras Restrepo, hizo presencia en Quibdó rellenando una buena parte de su área. Vale anotar que la mencionada maquinaria adscrita al Ministerio de Obras, se encontraba prestando servicios de dragado en el Caño de la Ahuyama, cerca de Barranquilla, de donde partió inicialmente hasta Cartagena, y se esperaba que en diciembre de 1969, haría su arribo a Quibdó; pero no se contaba que en ese mes y los subsiguientes, el caribe colombiano se encuentra en verano y por las fuertes brisas de la temporada, el mar se mantiene picado, lo que imposibilitó la navegación o desplazamiento de la draga, que estaba diseñada para caños y ríos.
La tripulación de la draga incluido su capitán, el señor Salvador Raad, no obstante ser costeños, no tenían capacitación o formación para desempeñarse en el mar; por ello después de permanecer un buen tiempo en Cartagena, se dispuso que un Capitán de la Armada Nacional, se encargara de traer la draga hasta Quibdó, lo que en efecto ocurrió en junio de 1970.

Entre las áreas de mayor connotación de intervención por parte de la draga en Quibdó, podemos citar en la parte sur de la población, el sector conocido como “pueblo mugre” esos terrenos eran muy bajos y como la mayor parte del tiempo predominaba la inundación, sus construcciones eran palafíticas. Hoy día esa zona es conocido como San Vicente.
También se rellenó toda el área donde se levanta la edificación del Palacio de Justicia. Asimismo se intervino después de canalizar la parte que se conocía como el Sanjón de la Policía, que era como una especie de lago, que comprendía lo que es hoy la Calle de los Robles, desde la Carrera 1ª, hasta la Carrera Cuarta. Vale acotar que en la Carrera 1ª en medio del Club Náutico y el edificio del Sena, había un puente para pasar al Barrio Escolar hoy Cristo Rey. Igualmente se rellenaron las Carreras 3a y 4ª desde la Alameda Reyes hasta la Calle 31.