La columna de Odin «Muchachos, requisémonos»

Columnista
MANO PELE, CHUSPA AL SUELO
Por allá en el año 2001, al finalizar el mes de octubre, en casa de la profesora Omny Valois -descendiente de los Valois Arce: Rutilio, Daniel y Valentín-; hermana del Profesor Gabriel, y parientes muy cercanos de los Mayolo, los mismos de la recién posesionada Ministra de Cultura -su padre, apodado “Mayolito” es tadoseño-, residencia que queda en todo el frente, margen derecha del Parque central de Tadó «Rey Barule», en donde después de la jornada electoral por la Alcaldía de ese Municipio que enfrentó a Marino Ledesma Copete y Víctor Nelio Ramos; el primero respaldado por los representantes de la época: Edgar y yo, y una camada de dirigentes conservadores entre los que se encontraba Aulio Cesar Ledesma Copete, lo que hacía imposible la derrota del candidato por los conocidos apoyos, amén del caudal de dinero que fluyó en esa campaña, y quien además contó con el respaldo del Dr. Patrocinio por el grado de amistad que aún les une, pero con todo y eso, fue imposible cambiar el curso de la historia, y dejar de observar las caras largas y el angustiante y azaroso ambiente que se vivía en la sala de la residencia aquí señalada, que lo decía todo, sin que nadie se atreviera a explicar lo sucedido, hasta cuando yo, con el corazón encendido como locomotora en marcha, y ante los acongojados partidarios de Marino, quienes hoy recuerdan lo ocurrido, rompiendo el silencio, salí con una de las mías al exclamar: «Muchachos, requisémonos». Graciosa anécdota, que quien la trajo a colación para estos días me decía que él no había visto, ni oído una manera más diplomática de decirles ladrones a todo el staff directivo de una campaña, quienes fingían estar adoloridos; porque la verdad fue que la plata que se invirtió el día electoral de esa campaña se perdió, y «ni’an se sabe” quien se quedó con ella, o que fue lo que ocurrió, de allí el dicho, cuando ya estaba todo perdido: «Muchachos, requisémonos».
La verdad es que, no es mi intensión atormentar a quienes participaron de este suceso, trayendo después de tanto tiempo la inédita anécdota a la que me he referido, pues si bien es cierto que el termino requisar en materia penal significa, buscar en alguien o en alguna parte los elementos del delito, o con los que se cometió el mismo, lo cierto es que con la frase quiero hacer una invitación a que nos revisemos o nos esculquemos para buscar fórmulas que nos permitan conjurar las diversas crisis que embargan al pueblo chocoano, y que según el Maestro Leónidas Valencia “Hinchao”, mi colega -porque fuimos Concejales de Quibdó durante la administración de Carlos Escobar, y no porque yo haya estado en un Conservatorio, sepa de partituras o tocar el Bombardino-, quien me decía que, el objetivo es crear estrategias efectivas a ver como superamos estas crisis, que son producto de un largo acumulado, y que todos somos responsables, por lo que debemos enfrentarlas.
Quiero confesarles por lo que viví en los últimos días del amigo Carlos que, fui testigo que el finado no se quería ir del mundo terreno sin contribuir de alguna manera a buscar una salida consensuada y chocoanista al estado actual de cosas en que vivimos los chocoanos, tanto que estuvo el 22 de mayo en la finca “La Esperanza», de propiedad de la familia Sánchez, ubicada en jurisdicción de Samurindó, en compañía del representante Nilton Córdoba y del ex Gobernador Efrén Palacios, hablando con el Dr. Patrocinio sobre las posibilidades de un acuerdo político entre los dos sectores mayoritarios de la región, que empezaba con que los dos grupos que hoy tienen asiento en la Cámara pudieran conservarlas, y para el Senado, fueran unidos en favor del hoy representante Liberal. Nadie supo lo que dijo Patrocinio, pero lo cierto es que, filtrado el objeto de la visita, porque aquí se sabe todo, muchos copartidarios exclamaban: “Una cosa es lo que piensa el burro, y otro el que lo está enjalmando», como si de un momento a otro, se olvidaran del incumplimiento del Cordobismo, o como que no hubiera pasado nada en el periodo del «Bagre enjabonado».
Pareciese que el domingo pasado -un día oscuro para el Cordobismo-, el alma bendita de Carlos Escobar no andaba pensando en abandonarnos sin hacer un esfuerzo más para hablar de unidad chocoanista, y se paseó entre la Alcaldía, donde se llevaba a cabo la Cámara ardiente y la Catedral, donde se adelantaba la eucaristía. En la primera me encontraba yo, conversando con algunos amigos comunes a un costado del Concejo Municipal mientras se leían resoluciones de reconocimiento póstumo, cuando aparece alguien importante en el emprendimiento y la política local, por no decir que embilletado, y ante los amigos del círculo que me acompañaba, repitió la propuesta, como una fórmula para aclimatar la paz política y terminar con la polarización que vive el departamento. Y como si fuera poco, al trasladarme del Concejo a la catedral y ubicarme frente a la entrada principal, se me acercó también el alma bendita de Carlos, a través de un alto dignatario del comité del “Paro Cívico por la dignidad del Chocó”, y sotto voce me comentó sobre una carta abierta que se estaba haciendo llegar a las distintas fuerzas políticas del Chocó, en la que se invita a lograr un acuerdo político y programático que nos permita diseñar una ruta concertada hacia el desarrollo sostenible de nuestro Departamento.
¿Coincidencias, deseos del difunto?, cuando también su alma desprendida ya del cuerpo, a través de diferentes personas y diversos medios invita a quienes nos quedamos por unos momentos más en el mundo terreno, a que depongamos diferencias, no solo para enfrentar la crisis que vivimos, si no para encontrar fórmulas que nos permitan marchar unidos en procura de alcanzar el desarrollo integral y sostenible que todos los chocoanos anhelamos.
Pero ya en la misa, a la hora de los discursos que no hacen falta en este tipo de eventos y pompas fúnebres que se les ofrece a los líderes Cordobistas, le tocó el turno a José Guido Mena – ¿a qué lo irán a lanzar? -, personaje de la famosa flagrancia del alcohol embodegado, y como no hay vergüenza, en representación de la Gobernación, como generando más y más confianza, le daba el último adiós al amigo Carlos Alberto Escobar Córdoba.
PDTA: Se nos fue todo un caballero, hace casi 20 años atrás, cuando fue alcalde de Quibdó, y yo opositor desde el Concejo, me otorgó varias mínimas para mis amigos del Río Munguidó.
Atentamente,
Odín Sánchez Montes de Oca