Lo de JAIRO VARELA, es una foto igual a la del SENADO

MANO PELE, CHUSPA AL SUELO

Jesús Cristo bajó y vio como sus hijos de Quibdó nos agarrábamos esta semana que termina por reconocer o no, una causa noble y loable: La idea de bautizar con el nombre de Jairo Varela Martínez el Malecón de la Villa de Asís; la misma noble idea que fue derrotada por 9 concejales sin ningún tipo de argumentos. Noble causa soportada por cultores y hombres cívicos en que el autor de «Mi pueblo natal» es uno de nuestros máximos exponentes del arte musical, que como el mejor de sus hijos le cantó y le compuso lo más bello de su repertorio al Chocó, al Atrato y a Quibdó. Por supuesto que al decir esto, me inclino reverente ante otros tan buenos como el, a los que incluso hemos propuesto e impuesto condecoraciones del orden nacional, y también a quienes son dignos exponentes del semillero de músicos que impulsara el reverendo padre Isaac Rodríguez.
Nos dejamos distraer y caímos en discusiones que no eran del caso: Que no había sido nacido ni criado en Quibdó, o que sí, pero que desde temprano se había ido de acá, que era déspota en el trato con los paisanos, y no faltó el corrinchero y mal intencionado que dijera o expresara que el hijo de la poetisa Teresa Martínez de Varela «Negreaba», ¡Que Complejos Dios Mio”!
En resumen, el asunto es el querer de un pueblo, ya es una decisión de la ciudadanía o de la comunidad, ya lo decía: Para la ley, el Aeropuerto de Bogotá se llama Luis Carlos Galán, y para los Bogotanos y los colombianos se sigue llamando «Aeropuerto El Dorado»
Frente al tema se movieron las redes sociales, escribimos nuestros pareceres por los grupos de WhatsApp, se comentó en las emisoras digitales, y creo yo que correrán ríos de tinta una vez se restablezcan las ediciones de la prensa escrita regional por la importancia del personaje; pero lo que si tengo que decir, por lo que veía, leía, y porque así somos los chocoanos, es que no nos vamos a poner de acuerdo en lo fundamental, que no es otra cosa que simplemente reconocer a nuestros valores, a nuestras ciudadanas y ciudadanos como se hace en otras latitudes, en otras regiones o naciones cuando se destacan como servidores públicos, como dirigentes políticos, cívicos, o cuando en el ejercicio de una profesión u oficio contribuyen a que salte a la fama, y/o le den brillo al lugar donde nacieron, y aquellos sus congéneres, les brindan tributo de admiración, poniéndoles o promoviendo poner sus nombres a los espacios públicos, calles o avenidas, parques, plazoletas, y obras como el recién inaugurado túnel de “La Línea», buscando con ello un recuerdo en el tiempo.
Pero con la desinteligencia de unos y otros, al no ponernos de acuerdo en un reconocimiento u homenaje para alguien que se lo merece o hizo méritos para ello, me parece estar viendo la misma foto de lo que ocurrió con la elección al Senado de la república en 2.018, en las que por no coincidir en alguno de los nombres que estaban en juego, todos ellos capaces y meritorios, por entrar en descalificaciones parecidas a las que escuchamos y leímos en estos días, no pudimos consensuar frente al nombre de unos de los nuestros, y contrario sensu, corrimos tras las candidaturas foráneas, las que una vez elegidas, no han acompañado, ni han apoyado en la solución de los múltiples necesidades de los chocoanos.
Por lo que leo, se escribe en los más importantes grupos de WhatsApp, en donde se fijan posturas políticas muy disimiles, de extremo a extremo, sin asomo de puntos de encuentro por parte de intelectuales de maestrías, o académicos porque trabajan o dictan cátedras en la UTCH, o como es innato en los chocoanos escriben un verso, veo muy difícil que de cara a un Senado regional se hable el mismo idioma, porque además a quienes ombligaron con el sueño de llegar a una alta corporación de elección popular, no tienen los votos ni para llegar a la Junta familiar para administrar la casa en donde viven; no tienen trabajo político, no convocan, y desde las redes sociales, se especializaron en descalificar a los que pueden sumar.
Y es que no solo hay candidaturas al senado que ellos mismos llaman alternativas o no contaminadas, las hay también de un sector de la tradición política, con el respaldo de la soberbia, y en el decir: » El poder es para poder», al que se suma igualmente la Gobernación y los crecientes paraísos burocráticos de la UTCH, Codechocó, y las expectativas del convenio de la cadena de pesca con recursos de regalías, cuyo ejecutor es el IIAP. ¿Así quien no se podría elegir? Pero recordemos que, «como mero en boca de caño está la Corte en el caso del Cartel de la toga». ¡Asunto allá!
PDTA: Si no nos podemos poner de acuerdo con el nombre para un Malecón, ¿será que si lo haremos para un SENADOR CHOCOANO?

Atentamente,

Odín Sánchez Montes de Oca

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